Norman Bastidas – 26 abril de 2025

El estallido social del 28A y la conmemoración del 1° de mayo de 2021 en Colombia fueron inéditos. La lucha más importante del país desde el paro cívico nacional de 1977. Impactó no solo al país sino en algunos países del mundo. [También le puede interesar: “El estallido social que estremeció a Colombia”].

La magnitud y masividad de la protesta nacional contra el gobierno del mayor aliado que tiene EE.UU. en América Latina, su “patio trasero”, motivó declaraciones de los encargados de las relaciones exteriores del gobierno de Joe Biden y de parlamentarios, que, sin dejar de expresar su apoyo explícito al gobierno derechista de Iván Duque, no pudieron ocultar su alarma por lo que sucedía.

El primer pronunciamiento por parte de la administración Biden, fue hecho por la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter, en rueda de prensa:

“Urgimos a la máxima moderación a las fuerzas públicas para evitar más pérdidas de vidas”, afirmó y agregó que, Washington sigue apoyando al gobierno en “sus esfuerzos para hacer frente a la situación actual mediante el diálogo político” [1].

Igualmente, la presidencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, declaró:

“…el congresista demócrata Gregory Meeks, representante del quinto distrito de Nueva York y presidente del comité, dijo: “Estoy extremadamente preocupado por las respuestas brutales de la Policía Nacional y el Esmad a las protestas en Colombia. Estoy particularmente alarmado por el desarrollo en Cali y llamo al presidente Iván Duque a desescalar la violencia y hacer claro que el exceso del uso de la fuerza es inexcusable”, aseveró.”[1]

Además, amenazó con la implementación de la llamada ‘Ley Leahy’ de Estados Unidos.

“Es imperativo que la Ley Leahy de EE. UU. se aplique plenamente, ya que dejamos en claro que Estados Unidos no apoyará a las fuerzas de seguridad involucradas en violaciones graves de derechos humanos”, finalizó Meeks, negando ayudas al gobierno de Iván Duque.[2]

La mencionada ley, citada por Meeks, consiste en evitar que el Departamento de Estado y Departamento de Defensa de la administración de Joe Biden, brinde ayudas militares a gobiernos que usen la fuerza violando derechos humanos con impunidad.

En el mismo sentido y con el mismo mal disimulado “nerviosismo”, se pronunciaron los gobiernos de la Unión Europea y otras potencias.

Y en forma similar se pronunciaron instituciones como la ONU, a las cuales muchos en “la izquierda democrática” le otorgan el papel defensoras de la “democracia” o las libertades. Como botón de muestra, sus declaraciones fueron calcadas de las hechas por el gobierno Biden o sus parlamentarios:

“Una de ellas fue la misión de la OEA en Colombia, que condenó el uso desproporcionado de la fuerza en medio de protestas sociales e hicieron un llamado a la “urgente investigación, judicialización y sanción de los responsables, así como a avanzar prontos ajustes institucionales que garanticen la no repetición de estos graves y repudiables hechos”[3].

Para algunos puede parecer disparatado que estas declaraciones de ‘alarma’, llamando al ‘diálogo político’ y rechazando el exceso del uso de la fuerza y los asesinatos’ fueran hechas no por organizaciones humanitarias, sino por instituciones o los mismos gobiernos que han respaldado y financiado, sin restricciones, ‘el uso de la fuerza’ del inaudito genocidio que Israel lleva adelante en Gaza. Quienes, bajo la excusa de la «defensa de la democracia y lucha contra el terrorismo», han avalado la destrucción casi total de las ciudades en esa parte de la nación palestina, cobrando cerca de 62.000 muertos y 111.500 heridos, a más de las múltiples atrocidades que la humanidad ha presenciado durante año y medio de avance del nuevo episodio de limpieza étnica y colonización sionista.

También son las declaraciones de la potencia capitalista que cuenta con un sangriento historial de invasiones, agresiones militares, derrocamiento cruento de gobiernos y guerras de exterminio como por ejemplo la de Vietnam, pues no viene al caso mencionarlas todas. Y de la misma potencia que con imperialismo-Trump hoy persigue a los inmigrantes latinos y palestinos, arrasa derechos laborales, viola libertades democráticas elementales y sigue agresivamente apoyando a Israel.   

Para nadie es un secreto que cualquier cosa que suceda en Colombia, afecta a dicha potencia imperialista, su firme aliado. De ahí que la preocupación de los EEUU no partió de una actitud filantrópica, altruista ni menos sincera por parte de los gobernantes de dicha potencia imperialista, ni de sus parlamentarios.

Les preocupaba, sobre todo, que el estallido social que había emergido de manera espontánea, se convirtiera en algo más difícil de controlar, y las consecuencias políticas que esto hubiese traído para la región. De hecho, siempre manifestaron su apoyo y respaldo al mismo, y en sus hipócritas comunicados no llamaron a suspender la violencia ni la represión, si no a controlar los excesos; en otras palabras, significaba: repriman, encarcelen, y maten, pero no tanto, es decir ¡sin excederse!

Estas manifestaciones, que permanentemente se dan por parte de los representantes de los imperialismos, cuando suceden estas justas, necesarias y revolucionarias luchas de los pueblos explotados y oprimidos de sus semicolonias, no nos deben dejar caer en el engaño: son maniobras políticas para tratar de que no se exacerben los ánimos y evitar que gobiernos aliados caigan o pierdan el control de la situación.

(AP foto/Sebastian Scheiner, archivo)

Por ello llaman al “diálogo” para poder apaciguarlas y canalizarlas hacia sus intereses y, una vez recobrada la calma, como efectivamente lograron, seguir dominando a estos países, como también sigue sucediendo en el caso de Colombia. Es la naturaleza del sistema imperialista en descomposición y su régimen de dominio mundial, liderado por los intereses económicos, políticos y geo-estratégicos, de las grandes potencias opresoras que se lucran de expoliar a países oprimidos, como el nuestro.

En este contexto, cualquier lucha por defender los derechos de los trabajadores y sectores más pobres en los países oprimidos por las potencias, se puede convertir en una lucha antiimperialista. Eso es lo que explica los pronunciamientos “humanitarios” del gobierno de los EEUU y sus pares en el mundo, que sólo ingenuos dejarían de identificar.


[1] https://www.infobae.com/america/colombia/2021/05/04/departamento-de-estado-de-eeuu-pide-moderacion-en-el-uso-de-la-fuerza-en-colombia-para-evitar-mas-muertes/

[2] Ídem.

[3] Ídem.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí