OMI  –  9 mayo de 2021 actualizado 10 de mayo 2021 11:00 a.m.

A pesar de los alevosos ataques y disparos contra la Minga indígena el domingo 9 de mayo en Cali, el levantamiento popular no ha sido doblegado. Los ricachos reaccionarios de estrato 6, del barrio Ciudad Jardín, alentados por el mismo Duque y protegidos por la policía, no han vacilado en disparar a los indígenas y herir a 12 compañeros. Tal ataque debe ser rechazado de manera inmediata con una manifestación masiva que están en mora de convocar las centrales obreras y el CRIC. De lo contrario seguirán avanzando. Quieren derrotar la indignación popular.

Estos sectores están tratando de golpear y derrotar definitivamente la protesta popular y se han envalentonado, a consecuencia de que los dirigentes sindicales y estudiantiles hace unos días, empezaron a trazar tareas culturales y asamblearias no dirigidas a fortalecer el proceso, sino para prepararse para el “diálogo” que como señuelo les lanzó el gobierno uribista. Esta zanahoria del tal “diálogo” fue la distracción que permitió este garrotazo de sectores de ultraderecha de la burguesía, en una conducta paramilitar. El gobierno y los oligarcas que siempre condenan que se tome la justicia por mano propia, ahora enmudecen ante este ataque a la Minga y a la protesta nacional, porque les conviene.

Pero el proceso no ha terminado. Para poder avanzar, la situación exige de los líderes sindicales, estudiantiles y de “izquierda” dejar de lado los cantos de sirena del uribismo con su “diálogo” y dar una respuesta contundente.

El paso previo a cualquier reunión con el gobierno nacional o local, pasa hoy por exigir la suspensión inmediata del accionar asesino de estos sectores, de la militarización, de los ataques del ESMAD, del ejército y de los paramilitares en los barrios. Exigir con la movilización, el juicio y castigo a los responsables de los jóvenes asesinados y heridos en las protestas y la libertad inmediata de todos los presos políticos, así como restablecer el pleno derecho democrático de movilización, organización y protesta.

El levantamiento popular no ha sido derrotado

Desde el 28 de abril, estudiantes, jóvenes de sectores populares, y de clase media, desempleados, pequeños comerciantes, trabajadores informales, trabajadores del sector de la salud, taxistas y pequeños transportadores e indígenas, acompañados del paro nacional indefinido de maestros estatales, con multitudinarias movilizaciones y otras expresiones de protesta (cacerolazos, los llamados «puntos movilizados«, conciertos, plantones, etc.), confluyen en un levantamiento popular nacional contra el gobierno de Duque y el uribismo diciendo ¡BASTA YA!

La protesta es masiva y nacional. Si bien Cali es el epicentro no se limita a esa ciudad. El proceso se desarrolla en casi todas las ciudades del país y aunque los «puntos» en Cali hacen parte de ella, el levantamiento va más allá. Estos puntos incorporan solo a una minoría de los jóvenes indignados en relación a los que participan de manera multitudinaria en las jornadas de movilización nacional y probablemente lo harán masivamente  el próximo 12M.

Realidad que ha metido en una crisis al gobierno y a su régimen autoritario que ni asesinando ni reprimiendo brutalmente a los jóvenes, ha logrado contener las masivas marchas y la protesta generalizada de quienes les ha importado un bledo los toques de queda y se han lanzado a las calles en multitudinarias marchas, con un 1º. de Mayo apoteósico e inédito en todas las ciudades del país.

Desde ese día, Duque no gobierna el país de la manera en que acostumbraba. El aliado estratégico de Estados Unidos en la región, agente de la aplicación en su “guerra al narcotráfico” -uno de los motores de la violencia estatal y paramilitar en campos y ciudades- y peón de brega de sus planes colonizantes hacia América Latina, está en serias dificultades. Sin perder completamente el control, ha tenido que retroceder, decir que “se abre al dialogo” y negociar corredores humanitarios para lograr el paso de alimentos, insumos médicos y combustible.

Y, los grandes empresarios de comercio e industria que han lanzado a más de 7 millones de trabajadores al desempleo en lo que va de la pandemia, a quienes no les bastó la contrarreforma laboral o decreto 1174, que impuso el trabajo por horas y seguían clamando por más auxilios del Estado y por otra reforma laboral que “flexibilizara” aún más las relaciones laborales y apretar y apretar el cinturón de los trabajadores, hoy, también retroceden ante la lucha popular que los obliga a ceder algo para contener a las masas y hasta los hace cambiar el lenguaje, y decir que están dispuestos a “hacer un esfuerzo especial y solidario” y van a “apoyar a las familias que se encuentran en condición de vulnerabilidad como resultado de la pandemia”, afirmaciones que solo muestran su miedo a la lucha incansable de las masas.   

Hoy el viento sopla a favor de los de abajo. Este levantamiento popular que sacude Colombia, abrió una situación a la que no asistíamos desde el Paro Cívico de 1977 y superó el proceso del 21N de 2019. Hasta el momento, ha propinado dos golpes contundentes al gobierno uribista: el retiro del proyecto de Reforma Tributaria y la caída de su ministro Carrasquilla. Y no cede a pesar de los asesinatos y la represión.

La rabia contenida durante años por la miseria, el hambre, opresión y violencia estatal y paramilitar, agravados a límites inauditos con el manejo desastroso de la pandemia, estalló con el proyecto de Reforma Tributaria, que se convirtió en el “Florero de Llorente” que prendió la mecha de la indignación popular y del odio de la mayoría de la población contra la extrema derecha uribista, los corruptos, los partidos de la oligarquía y los grandes millonarios.  Explotó la rabia de los más de tres millones de jóvenes que ni trabajan ni estudian; de los estudiantes que desertaron de las universidades públicas durante la pandemia, porque el gobierno no garantizó su derecho a la educación virtual al no suministrarles internet y un simple computador, o de los jóvenes que dejaron sus estudios debido a que sus padres fueron echados de sus trabajos y no pudieron seguir financiando sus estudios. Estalló la ira de los dos millones de personas que salieron de la clase media y cayeron en las filas de los pobres; la de los pequeños comerciantes obligados a cerrar sus negocios porque Duque privilegió a los grandes empresarios con los auxilios económicos del Estado. La indignación del personal  de la salud, que sigue enfrentando la pandemia en las «peores condiciones laborales de su historia» con deficiencias en su bio-seguridad, retraso en el pago de sus sueldos, aumento de la jornada laboral y desgaste  mental y físico. Esas son las raíces profundas del estallido social y de que los jóvenes sean los principales protagonistas de las masivas acciones de lucha.

En algunas ciudades como en Cali, escenario  de masivas marchas y plantones que se dan casi a diario, la desestabilización es evidente, con una  ciudad desierta, sin transporte público, con estaciones de gasolina donde los motociclistas hacían largas colas para abastecerse gratuitamente, o con el sitio llamado Puerto Rellena, bautizado hoy “Puerto Resistencia”, al oriente de la ciudad y parte de una de las zonas más deprimidas, en la cual  diversos  grupos de jóvenes del barrio, estudiantes universitarios e indígenas, con el  apoyo de los habitantes del sector, instalaron barricadas para enfrentarse a las fuerzas de represión, erigiéndose como una zona bajo su  control. O en la zona industrial y sector La Estancia de Yumbo, donde inicialmente sus pobladores se organizaron, sostuvieron bloqueos masivos en las entradas de la ciudad, y marchas enormes y  caravanas de taxistas, de pequeños transportadores y de motociclistas  recorrieron las calles de la ciudad.

La fuerza del proceso ha permitido que pequeños grupos de activistas estudiantiles y barriales, hayan podido mantener bloqueos en importantes vías de acceso en algunas ciudades, los llamados puntos movilizados, sin que esa decisión fuera de la comunidad, como sucede en Cali, en la Portada al Mar, punto de salida de la ciudad hacia el puerto de Buenaventura y donde confluyen siete vías, el Puente del Comercio, uno de los puntos de salida de la ciudad hacia Palmira y el norte del país o en barrios populares como Siloé y el sector llamado La Luna.

En el resto del país campea la anormalidad, con un factor común: los jóvenes y amplias capas de la población de los barrios populares, participan cotidiana y reiteradamente de manera espontánea, en masivas movilizaciones. Aprovechan las convocatorias de las direcciones sindicales, para sumarse a las movilizaciones y a la lucha para reclamar solución a sus necesidades.

El gobierno llama a “Dialogo” nacional

El arrogante y violento gobierno de extrema derecha ha sido obligado a llamar a un Diálogo para tratar de superar la crisis y con el cual pretende desactivar el levantamiento popular con un Pacto de Cúpulas. Convocó a la ralea de los partidos políticos de la oligarquía (Liberal, Cambio Radical, La U, Conservador, etc.), los de la clase media (Verdes, Polo, Fajardo, etc.) así como a las Cortes judiciales. También, a los dirigentes sindicales, de los indígenas y de los “estudiantes” quienes no cuentan con federaciones estudiantiles, ni organizaciones del sector, surgidas o electas por la base, sino organizaciones de activistas políticos auto-organizados con sus redes y grupos.

Igualmente, citó a otros actores políticos de oposición que se declaran “independientes” o “progresistas”. El denominado Pacto Histórico, liderado por Petro, que, sin disimular sus intereses electorales argumentan “que no irán”. Dicen a sus seguidores que es mejor levantar la protesta pues “ya no hay objetivos claros” o hay que “reorganizar la lucha”, como si ésta estuviera desorganizada, mientras aconseja a Duque para que convoque a todos los protagonistas e insta a sus seguidores a no impedir que termine su mandato. Todos los que quieren derrotar al gobierno y su paquetazo, caerían en un error si atienden esos llamados.

En este sentido, es necesario que la población, los jóvenes y los trabajadores, identifiquen que la postura arrogante de Duque y el uribismo ha mordido el polvo. Duque ha tenido que retroceder, y llama al diálogo buscando recomponerse y retomar la iniciativa. Por lo tanto, hay que salirle al paso al uribismo y su propósito de desmontar la situación y superar el impasse en que se encuentran los de arriba. Es decisivo oponerse a un pacto que desactive la bomba social que ha estallado e impedir que retome la iniciativa con la estrategia de acordar con los directivos a puerta cerrada, sabiendo que no representan sino a una mínima parte de los actores del levantamiento popular.

De lograrlo, intentará una vez más, retomar la iniciativa para descargar sobre los trabajadores y la clase media, un paquetazo para que los de abajo sigamos pagando la crisis económica y social que ellos han causado y seguir ayudando con billones de pesos a los bancos, ganaderos, industriales y terratenientes y mantener el voluminoso presupuesto militar del 3,1% del PIB que posiciona a Colombia en el primer lugar de los países de la región en gasto militar.

En dado caso, los dirigentes sindicales y activistas estudiantiles que pretendan discutir o acordar algo en el “diálogo de cúpulas” con el gobierno, deberían someterlo previamente a aprobación de las bases. De momento, en vez de proponer actividades que debiliten y les permitan ir levantando el proceso o preocuparse por elegir delegados al diálogo para embarcarse en la concertación y el pacto en las mesas regionales y municipales que abrirá el gobierno, deberían planificar cómo avanzar, profundizar y extender la movilización y la lucha. Esa es la exigencia del momento.

No se puede caer en la trampa del gobierno, pues no se trata de una negociación de un pliego de reivindicaciones sindicales, para forcejear y regatear con la pretensión de lograr algunas reformas al paquetazo exigido por el FMI. Se trata de un tema político. El retiro del proyecto de la Tributaria o la caída de Carrasquilla no fue producto de alguna negociación, sino de la lucha directa. Por lo tanto, se trata de aprovechar para conquistar las exigencias más importantes del proceso.

La indignación popular ha puesto sobre la mesa que los múltiples asesinatos y agresiones policiales y paramilitares, no pueden quedarse en solicitar una disculpa, como pretenden algunos. Tampoco, aprovechar el ascenso popular y sus triunfos, así como el justo anhelo de tranquilidad de la población para implementar otro “Acuerdo de Paz” con las guerrillas, o exigir el cumplimento del “Acuerdo de la Habana”, que por experiencia sabemos, no solucionó los graves problemas de violencia estatal y paramilitar, las masacres y los asesinatos a líderes populares o ex Farc. Menos la miseria, el hambre, el desempleo, ni conquistó la renta básica para los desempleados, ni produjo empleo. Se mostró que el armisticio no significó la paz para los trabajadores y los pobres porque no ataca de raíz los problemas que este sistema explotador produce al pueblo trabajador.

Por el contrario, la lucha masiva de las masas, que derrotó la Tributaria, tumbó a Carrasquilla y ha hecho retroceder al gobierno Duque y a los empresarios, ha mostrado contundentemente que es la vía más eficaz para avanzar y conquistar soluciones a las necesidades básicas de los pobres.

Enfrentar la criminalización de la protesta popular en los campos y ciudades, el castigo a los responsables de los miles de asesinatos de trabajadores, campesinos, indígenas, líderes populares y el desmonte del ESMAD es una tarea urgente. Así mismo, la democratización de las FFAA, con su derecho a sindicalizarse, para que la tropa elija o revoque a los mandos. Esos ataques y violencia del Estado es lo que explica la respuesta desesperada y la beligerancia individual de adolescentes aislados de los procesos masivos.

La ocasión permite, además, educar a la nueva camada de jóvenes luchadores, en que la mejor defensa contra la represión del régimen, son las acciones organizadas de las masas en las calles. El llamado a los jóvenes es a colocar esa indignación, energía y valentía que han demostrado, acompañando las acciones de lucha masivas, única protección frente a la violencia del régimen y los paramilitares. No sacrificarse en acciones  descolgadas que  la comunidad no decidió hacer. ¡La causa obrera y revolucionaria los necesita!

Nuevas conquistas son posibles

Hoy es posible derrotar el paquetazo en sus proyectos más agresivos. Conquistar de inmediato el Decreto de Renta Básica mensual de un salario mínimo; el retiro inmediato del proyecto de Reforma a la salud y la derogatoria del Decreto de contrarreforma laboral (1174). También, tumbar todos los decretos aprobados en el marco de la emergencia sanitaria, que modificaron el sistema pensional y justificaron los múltiples despidos. Igualmente, la exigencia de auxilios para los pequeños y micro empresarios.

Para lograrlo es necesario no caer en el juego de Duque ni  en la concertación, ni atenuar o suspender las jornadas de movilización ante el inicio del “diálogo” con el gobierno.  Este es el momento de profundizar la lucha y avanzar unificadamente a nivel nacional. Con el viento soplando a favor de los de abajo es posible tumbar el paquetazo de Duque. Esos diálogos solo buscarán cambiar algo para que todo siga igual. Y como siempre, poder burlar las necesidades y el sentir de quienes están poniendo el pecho en las movilizaciones y arriesgando su trabajo y su vida.

La realidad del actual levantamiento exige a los dirigentes no entrar en la trampa e impedir el desgaste de la lucha. No pueden diluir la lucha en las mesas locales y regionales y desactivar el proceso en cientos de tareas dispersas, en vez de centralizar en jornadas de movilización masiva nacionales y contundentes. La convocatoria del 12 de Mayo tiene que servir de acción centralizadora a nivel nacional. Y de inmediato tomar la preparación en las bases un Paro Nacional Obrero y popular para el 19M

No es impidiendo el paso de los víveres e insumos médicos básicos como se  gana el apoyo  de la población, ni obstaculizando el tránsito de los trabajadores a sus sitios laborales como se garantiza su participación en el levantamiento popular. Debe ser una decisión  de la clase obrera sindicalizada. No impuesta desde fuera. Forzar a raja tabla el desabastecimiento de víveres, combustibles e insumos médicos básicos,  genera angustia en la  población, sobre todo en los sectores mas pobres que se quedan sin alimentos,  pues no tienen dinero para llenar sus alacenas y para comprar mas caro. Eso, en  vez de acercarla, la aleja de la lucha.

UNA PROPUESTA PARA FORTALECER Y PROFUNDIZAR LA LUCHA

Para el fortalecimiento, extensión y profundización de este levantamiento popular, hace falta un actor fundamental: nada menos que los trabajadores de la producción, servicios y comercio. Especialmente su peso pesado, los obreros industriales, quienes, resistiendo la ofensiva contra la estabilidad laboral, con el justificado temor de perder la fuente de sustento de sus familias, aún no han sido organizados por sus dirigentes para vincularse al proceso con un PARO NACIONAL DE LA PRODUCCION, que tocaría más directamente las ganancias de la patronal. Así sea con jornadas por horas donde se detenga el engranaje de la ganancia capitalista, lo cual sería un elemento cualitativo para poner contra las cuerdas al gobierno.

El proceso tiene una debilidad: sus principales protagonistas son estudiantes, jóvenes de barrio y sectores de capas media urbana y rural. Por lo tanto, para avanzar con firmeza, ES IMPRESCINDIBLE QUE LA CLASE OBRERA LIDERE EL PROCESO.

Se requiere de manera URGENTE la centralización en acciones de lucha unificada en un Plan de Lucha Nacional, con fechas y tareas precisas, más allá de la jornada convocada para el 12 de mayo. La realidad exige a las centrales sindicales (CUT, FECODE, CTC, CGT) y el CNP que las agrupa, la preparación en asambleas por la base de los obreros del sector productivo, para organizar la parálisis de la producción, que dé un salto significativo en la profundización de la lucha con un PARO NACIONAL OBRERO Y POPULAR.

La fecha del 19 de mayo propuesta inicialmente, es una excelente ocasión para golpear juntos a este régimen y gobierno de hambre, miseria y represión. Está en sus manos, inclinar aún más, la balanza de la lucha a favor de los de abajo y no hacer de bomberos, pactando con el gobierno.

Finalmente, no debemos olvidar el contexto de la pandemia: Duque es el responsable de que las masas no tuvieran más alternativa que lanzarse a las calles masivamente en medio del peor pico del Covid19 exponiéndose al contagio. También, del irresponsable manejo de la pandemia por parte de su ministro de Salud. Duque, el uribismo, la burguesía y el imperialismo, son los responsables del colapso de los sistemas de salud producto del saqueo de años de los recursos de los trabajadores al servicio de las ganancias de las EPS.  Se debe exigir al gobierno un Plan de contingencia con camas UCIS suficientes, más personal médico, con justa remuneración y contratos indefinidos, hospitales, vacunación y pruebas masivas para evitar más muertes por Covid19. Así como posicionarse a favor de la liberación de las patentes para que haya libre fabricación de las vacunas en el país.

  • POR EL DERECHO A LA PROTESTA: ¡QUE DUQUE RETIRE INMEDIATAMENTE EL ESMAD, EL EJÉRCITO Y LOS PARAMILITARES DE LAS CALLES!  ¡NO MÁS ASESINATOS Y HERIDOS!, JUICIO Y CASTIGO A LOS CULPABLES!
  • ¡A PREPARAR POR LA BASE UN GRAN PARO NACIONAL OBRERO Y POPULAR EL 19 DE MAYO!
  • ¡RENTA BÁSICA DE UN SALARIO MÍNIMO MENSUAL PARA LOS SECTORES POPULARES, TRABAJADORES INFORMALES Y JÓVENES DESEMPLEADOS!
  • ¡NO A UNA NUEVA TRIBUTARIA: ¡IMPUESTOS A LAS TRASNACIONALES, BANCOS, ASEGURADORAS, FINANCIERAS, GRANDES INDUSTRIALES Y COMERCIANTES QUE SE HAN ENRIQUECIDO EN ESTA CRISIS!
  • ¡QUE EL HUECO FISCAL LO PAGUEN LOS RICOS Y POTENTADOS!
  • ¡RETIRO INMEDIATO DEL PROYECTO DE REFORMA A LA SALUD Y DEROGATORIA DEL DECRETO 1174 O REFORMA LABORAL!
  • ¡AUXILIOS ECONÓMICOS PARA LOS PEQUEÑOS Y MICRO EMPRESARIOS!
  • ¡NO MÁS MUERTES POR COVID! ¡PLAN DE EMERGENCIA CON PRUEBAS Y VACUNACIÓN MASIVA, UCIS Y OXÍGENO SUFICIENTES!
  • ¡GARANTIZAR EL DERECHO AL ESTUDIO VIRTUAL MIENTRAS DURE LA PANDEMIA: ¡INTERNET, COMPUTADOR, MATRÍCULA CERO Y AUXILIOS ECONÓMICOS PARA LOS ESTUDIANTES POBRES!

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