Declaración:
¡Necesitamos un 1° de Mayo independiente y de lucha!
El 1º de Mayo es un día de lucha internacional, se conmemora la lucha de la clase trabajadora en el mundo y sus logros, que cobijan al movimiento obrero mundial como: jornada de 8 horas, vacaciones pagadas, prestaciones, sindicatos, vivienda, salud y educación de calidad, todo a cargo del Estado.
Es una ocasión para reafirmar que todo eso y mucho más se ha logrado con paros, huelgas, movilizaciones, protestas y revoluciones, como mostró el estallido del 28A que arrinconó a Duque, tumbó a Carrasquilla y su Reforma Tributaria, logrando la Matrícula 0, etc. Nada se logró votando, y menos en pacto con políticos y candidatos del establecimiento (liberales y conservadores, de derecha o de extrema derecha, como los uribistas). Pues todos, con sus diferencias, son los voceros de los patronos, los empresarios nacionales y extranjeros. Los que viven a cuerpo de rey con el producto del trabajo de los asalariados y la miseria de la gran mayoría de la población.
Ellos son los que ahora agazapados movilizan a miles, recogiendo el descontento de sectores del “pueblo” con las vacilaciones, grosera corrupción de funcionarios qué nombró y parlamentarios aliados (escándalo de los carrotranques) y familiares, las políticas conciliadoras y salidas autoritarias del gobierno actual. Son marchas orquestadas por los políticos de los grandes pulpos capitalistas (uribistas, de Cambio Radical, de la U, liberales y conservadores, etc) y sus seguidores de la clase media acomodada. Son los que nunca querrán hacer cambios en favor de la clase trabajadora y los más pobres. No quieren ni la más mínima reforma por tibia que sea. Sólo que todo siga igual y entregar completamente el país a los gringos y europeos.
Esa parte del “pueblo” es la reacción interna. Por eso, además, marchan con banderas de Israel como apoyo al genocidio que hace contra los palestinos.
Mostrando bastante “pueblo” en contra de Petro, buscan presionar al gobierno para que siga cediéndoles terreno, colaborando y conciliándose con ellos. Que haga sólo lo que ellos necesitan para seguir aumentando sus ganancias sin tener que repartirlas con el sector de empresarios emergentes que representa el actual gobierno. ¡Esa es la disputa: quien maneja la plata de la salud y las pensiones! Los derechos y necesidades más urgentes de la clase trabajadora, así como las de los más pobres, no es lo que se está discutiendo o resolviendo con este gobierno.
Por eso, es bueno preguntarse: ¿Por qué ante esta extrema derecha envalentonada Petro niega su avance? mientras otros en el gobierno dicen: ¿Hay que “reflexionar” para ceder aún más? ¿Por qué los dirigentes de la CUT, Fecode y sindicatos hacen como si no pasara nada y no organizan la lucha para enfrentar a la extrema derecha? ¿Por qué convocar sólo al apoyo ciego al gobierno y sus tibias reformas a la ley 100 y Ley 50 negociadas con los dueños de las EPS o los Fondos de pensiones y que nunca se propusieron derogar?
¿Por qué mientras la gasolina se duplicó, el desempleo sube, la carestía amenaza, cierran Chevrolet y despiden 550 habrá racionamiento en vez de “paz”, la violencia aumenta y los gringos se meten más en los asuntos internos del país, los asalariados debemos salir a marchar en apoyo a un gobierno que promete, habla y habla a nombre del “pueblo” mientras pacta con los políticos del establecimiento y entrega el país a los EEUU?
¿Por qué apoyar sin ninguna crítica a un gobierno que no ha realizado ni un cambio serio en nuestras condiciones de trabajo y de vida, como planteó el estallido social? ¿De qué sirve justificarse diciendo que “no lo dejan”? Acaso ¿cuándo los patronos, los empresarios o sus gobiernos, dieron algo a los trabajadores y al pueblo pobre sin que se los obligara con luchas, huelgas y paros? No es un contrasentido que la clase trabajadora marche en apoyo a unas reformas que como declaró Petro desde su posesión, tienen el objetivo de desarrollar el capitalismo? En que puede beneficiar a los trabajadores, marchar en apoyo a políticas que sirven para desarrollar un sistema de opresión, exclusión y explotación del trabajo ajeno? Apoyar un gobierno que trabaja para desarrollar un sistema que funciona sólo para el lucro y el beneficio de los empresarios, sean del tamaño que sean?
Es bueno preguntarse: ¿Por qué los dirigentes de la CUT y los sindicatos llaman a utilizar la fecha del 1° de Mayo sin un Plan de lucha para enfrentar el desempleo, las alzas de precios y tarifas y pelear por nuestros derechos? Cuyas convocatorias ignoraron por compelto el llamado a marchar en solidaridad con los palestinos y en rechazo a la masacre que hace Israel con el apoyo de los gringos? ¿Qué sentido tiene conmemorar un 1° de Mayo que da la espalda esa, la principal lucha de los pueblos más oprimidos del mundo, hoy respaldada por miles de universitarios en EEUU? ¿No es un deber moral de quienes se definen como defensores de los Derechos Humanos actuar para detener ese genocidio?
¿Por qué convocar a marchar sólo para aplaudir al gobierno actual? ¿Por qué sumarse a un 1° de mayo convocado por el gobierno Petro, y que por tanto no es de lucha por nuestros derechos y reivindicaciones urgentes?
Como clase trabajadora necesitamos un 1° de Mayo completamente independiente del gobierno y sus partidos. Un 1° de mayo de nuestra clase: los asalariados.
De lucha por nuestros derechos y para honrar las luchas históricas de los mártires de la clase trabajadora, en solidaridad con la causa del pueblo palestino.
Los trabajadores con conciencia de clase, podemos usar la fecha para exigir a nuestros dirigentes sindicales romper con el gobierno y reorganizar el camino de lucha y movilización completamente autónoma. Retomar el camino que abandonaron para llevarnos a servir sólo de caudal de votación para políticos y partidos de los empresarios de clase media (PH), ajenos a la clase obrera.
Necesitamos recuperar la acción y lucha independiente para cerrar el paso a la extrema derecha que avanza y abrir el camino a una opción política propia de la clase obrera. En la ruta de resolver definitivamente nuestros reclamos con el norte de lograr una nueva sociedad gobernada por la clase obrera y sus organizaciones.