Los opositores de derecha y de ultraderecha al gobierno de Gustavo Petro han citado a una marcha de protesta para el 23 de noviembre contra su gobierno y contra las tibias reformas que promueve, marcha que no merece sino ser rechazada.

Quienes convocan a la marcha, la extrema derecha uribista y los políticos burgueses de oposición al gobierno, son los voceros de quienes han tenido el control del país y gobernado por más de 200 años, junto con sus socios extranjeros de EEUU y Europa. Son los principales responsables del hambre, el desempleo, los bajos salarios, la miseria, la violencia, la corrupción y el alto costo de la vida, así como del centenario sometimiento del país a las potencias. Son los partidarios de Trump y los cómplices del genocidio israelí contra los palestinos.

Para todos ellos están primero sus intereses económicos y desarrollar sus empresas y negocios legales y/o «ilegales» como el narcotráfico o el contrabando. Por eso se oponen a cualquier reforma por tibia que sea, como las que promueve este gobierno de unos pocos beneficios a los más pobres, los más necesitados o al pueblo trabajador, pues reduciría sus ganancias (su renta). Los mueve el odio de clase contra todo lo que signifique beneficio para los asalariados, la clase obrera quien es la productora de la riqueza social u otorgar libertades democráticas.

Y esto a pesar de que la realidad muestra que las reformas promovidas por este gobierno y las aprobadas en el parlamento, más allá de algunas migajas, están orientadas a favorecer principalmente el “desarrollo del capitalismo” tal como lo anunció el propio presidente en su discurso de posesión.

Nosotros como defensores de los intereses de la clase obrera y de los asalariados, rechazamos rotundamente esta marcha reaccionaria y consideramos que un trabajador o luchador consciente estaría “en el lugar equivocado” si sale a apoyar a uribistas y reaccionarios, principales responsables políticos de todos los males que nos han azotados por años y defensores de que eso no cambie nunca.

Por eso, es muy lamentable que los dirigentes sindicales y políticos del gobierno Petro-Francia, guarden silencio ante esta marcha reaccionaria y no convoquen acciones reales de lucha para combatir seriamente a la extrema derecha que avanza, aprovechando las vacilaciones y política conciliadora del gobierno con los políticos tradicionales de la patronal (Liberales; Conservadores; de la U; etc.). Antes que organizar la lucha directa por soluciones reales a las necesidades y reclamos de maestros, asalariados del Ministerio de Trabajo y demás trabajadores inconformes, así como de los pobres, les dan la espalda y se limitan a competir en la carrera electoral y mover a sus votantes en marchas de apoyo político al gobierno, en clave totalmente electoral. A eso se reduce la política que tienen hoy las direcciones sindicales mayoritarias.

Mientras tanto la derecha y la ultraderecha golpean y erosionan al actual gobierno, buscando por vía electoral recuperar un gobierno que les sea totalmente adicto a los intereses del sector patronal que representan, para volver a imponer paquetazos económicos y contrarreformas en contra de los trabajadores y las masas, que favorezcan claramente sus negocios y los de sus socios imperialistas. Por lo tanto, la marcha del 23 tiene un claro carácter regresivo y retardatario. Por eso la repudiamos.  

 ¡Rechazar la marcha reaccionaria del 23 de noviembre¡

 

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