Norman Bastidas 05-06-24
Huelga en el Ministerio de trabajo. Protestas de los maestros por su servicio médico. Administrativos de la educación, en pie de lucha. Trabajadores de la DIAN en conflicto, por estabilidad laboral.
Huelga en el Ministerio del trabajo
Los trabajadores del Ministerio del Trabajo decidieron salir a paro a partir del 3 de junio de 2023. El mejoramiento salarial y las “condiciones inhumanas en las que muchos de ellos tendrían que trabajar, principalmente en las sedes regionales” son las causas de la decisión de lucha que han tomado[1].
Según informes de los dirigentes del sindicato, el gobierno se comprometió con anterioridad a dar solución a sus problemas, pero solo han resuelto el 5% de los compromisos adquiridos, mientras la ministra del trabajo, la “Comunista” Gloria Inés Ramírez, dice que el cumplimiento es del 50%.
Protestas de los maestros
Ante la improvisación del gobierno en el cambio de prestadores del servicio de salud, los profesores del país, agrupados en FECODE, ven deteriorado el mismo, y presionados por los graves problemas que deben afrontar, se vieron en la necesidad de salir a protestar en un paro regional de 24 horas de los docentes del eje cafetero el el 29 de mayo, enfocado contra la FIDUPREVISORA; igualmente la junta nacional de FECODE facultó al comité ejecutivo para que determine acciones de movilización nacional de acuerdo con el nivel de avance de la situación en los próximos 10 días.[i]
La dirigencia de FECODE, así como de sus sindicatos regionales, afines al gobierno y sus defensores incondicionales, hacen la maniobra política de no responsabilizarlo creando una tangente de salida contra la FIDUPREVISORA como “única responsable” del deterioro del servicio. Así ocultan que la responsabilidad directa del nombramiento del gerente de la misma y del cambio improvisado en el servicio de salud es del presidente Petro y su Ministra de Educación, para garantizar que el mismo siga siendo un negocio rentable para una entidad Financiera del Estado pero financiera al fin y con el sector de empresarios que se lucran de su gestión, todo a costa de la salud y la vida de los maestros. Es decir, más allá del discurso no hay ninguna garantía de que el derecho a la salud de los maestros ni de la población trabajadora o los pobres del país, sea una realidad. Para el gobierno primero está controlar la administración de los recursos de la salud y cumplir los compromisos políticos contraídos con el sector de los empresarios que los ayudó a elegir y representa.
El problema de la calidad en la prestación del servicio de salud se podría solucionar si el gobierno tomara la decisión de que sea un derecho y no un negocio como afirma. Para eso es imprescindible estatizarla completamente y colocarla bajo el control de los trabajadores, conocedores de dicha realidad y no de sus adictos e inoperantes funcionarios. Abandonar la fracasada política de reformas tibias a la ley 100 y optar por su derogación plena. La salud debe estar a cargo del Estado, no de los empresarios (Ver: El gobierno de Petro, un gobierno en dificultades Link). Así se sacaría del negocio a los monopolios capitalistas que buscan el máximo de ganancias con un mínimo de inversión, condenando a los usuarios a padecer las consecuencias de ello.
SINTRENAL en pie de lucha
En el mismo sentido se manifestaron los trabajadores administrativos de la educación, agrupados sindicalmente en SINTRENAL, debido al incumplimiento de compromisos acordados con el gobierno, y la desigualdad en los regímenes laborales que discrimina a los trabajadores dependiendo de la región donde laboren.
El sindicato de la DIAN en conflicto.
Ante la amenaza de una masacre laboral por parte del director de la DIAN, la dirección del sindicato plantea la posibilidad de salir a la lucha para defender la estabilidad e impedir el despido de un gran número de trabajadores.
La acumulación sin solución de los problemas reales y concretos que los asalariados sienten, exigen las soluciones que se empiezan a mostrar en la decisión de salir a la lucha y la movilización.
Huelgas y luchas son totalmente justas
Las peticiones de todos estos sectores de trabajadores son justas ya que son víctimas de problemáticas similares a las de los trabajadores del sector privado: tercerización, inestabilidad en el empleo, acoso laboral, condiciones inseguras de trabajo, desigualdad e inequidad para ascender, bajos salarios, entre otros.
Como no podría ser de otra manera, los hechos muestran que el gobierno no cumple sus mínimas promesas de campaña con los trabajadores. Falta al cumplimiento de los acuerdos previos que contrajo con sectores de ellos que lo apoyaron electoralmente, hoy los trabajadores, aunque sigan considerándolo “su” gobierno, debe enfrentarlo con la huelga, el paro, la lucha y la movilización.
El gobierno de espaldas a la clase trabajadora
El gobierno guarda total silencio ante estos conflictos de los trabajadores y demás problemas que afectan a la población. En vez de dar soluciones concretas a que le significarían recuperar el apoyo perdido entre la población, trata de desviar la atención con discursos argumentando que “no lo dejan gobernar” y que la paz y los cambios necesitan una Constituyente o un proceso Constituyente o con sofismas como el golpe blando. Maniobra recurriendo a otros temas que no resuelven las necesidades de los de abajo y los problemas reales y urgentes. Toda una serie de cortinas de humo, para ocultar una realidad dónde las condiciones materiales de existencia determinan la conciencia de la clase trabajadora y las masas empujándolas a salir a luchar por sus derechos.
Por más que se reclame de “izquierda” y como el gobierno del “cambio”, tal como está amarrado al poder burgués no podrá solucionar ninguno de los problemas más graves que afectan a los trabajadores o la población más pobre y marginada del país. El alto desempleo, el reajuste de salarios, la cobertura y calidad en salud y educación, la vivienda, la carestía, congelar el precio de la gasolina y la energía, implementar de verdad una reforma agraria radical, etc., para todo ello en vez de discursos, debería solucionar los reclamos de los trabajadores en huelga, para conseguir movilizarlos junto con la población a enfrentar a la extrema derecha y la “oligarquía”. Para tomar medidas fiscales grabando con altos impuestos a la gran burguesía. Se podrían solucionar asumiendo ese compromiso, que no tiene el actual gobierno. Pero su carácter de clase y su empeño de desarrollar el capitalismo, le impiden hacerlo.
La problemática anterior es el resultado además, de un gobierno quien desvió el levantamiento social del 28A hacia la campaña electoral, generando ilusiones en que votando por Petro todo se iría a solucionar y de hacerlo con una política de Pacto y conciliación de clases, con los empresarios.
Como todo gobierno burgués, de colaboración de clases, que debe garantizar el poder económico y político de los capitalistas, el de Petro afronta hoy las dificultades que enfrentan a los trabajadores contra los patronos, en este caso el gobierno de turno representante de los intereses de la clase dominante. Un gobierno que con discursos sobre la “democracia y la paz” oculta que defiende otros intereses contrarios al del trabajador y el campesino pobre, los de un sector de la patronal nacional y extranjera.
Total apoyo a las huelgas y luchas
Como Opción Marxista internacional nos colocamos incondicionalmente del lado de estas luchas de la clase trabajadora. Estamos en su bando, pues sus reclamos son justos y se enfrentan a un gobierno que no resuelve los reclamos y no le interesan los derechos de los trabajadores. No lo hace porque a pesar de hablar a nombre del “pueblo”, su política es garantizar el eficaz funcionamiento de empresas y negocios de los capitalistas y de las trasnacionales del imperialismo, que llama “inversión extranjera”.
Mientras tanto, los dirigentes sindicales siguen empeñados en defender con uñas y dientes al gobierno, con llamados a la “paciencia” y al “conformismo”, argumentando que “los cambios pueden demorar pero llegarán” y a no protestar “para no hacerle el juego a la derecha”, etc. Todos argumentos para negarse a apoyar a los trabajadores en lucha y para impedir que los asalariados se movilicen y enfrenten al gobierno Petro. Las direcciones sindicales y políticas mayoritarias, siguen atadas a él, generándoles falsas ilusiones en tibias reformas que traerán cambios futuros que, mientras el país siga dominado por las potencias y bajo el imperio de este sistema explotador, nunca se concretarán. Mientras tienden su mano a sectores de los empresarios y sus políticos, para salvar el capitalismo, tratan de impedir toda posibilidad de lucha revolucionaria como única salida para que las masas solucionen definitivamente sus graves problemas de pobreza, miseria, bajos salarios, salud, vivienda, educación, desempleo, etc.
Se hace necesario entonces retomar la vía de la movilización independiente del gobierno y sus dirigentes comprometidos con él. El camino mostrado durante el estallido social iniciado el 28 A. Se requiere que las direcciones rompan su pacto con el gobierno y asuman el compromiso de convocar acciones para apoyar activamente estas huelgas, paros y luchas de sectores de magisterio y trabajadores estatales. Que decidan coordinar las luchas actuales y organizar la lucha de manera democrática para reorganizar la movilización, única vía para reconquistar los derechos perdidos y dar solución a los graves problemas que siguen vigentes.
[1] Portafolio, 07-05-24. Fuentes del Ministerio del Trabajo contaron a Portafolio que detrás de esta protesta habría, como principal motivo, un aumento salarial que se prometió y no se cumplió a estos trabajadores, así como las condiciones inhumanas en las que muchos de ellos tendrían que trabajar, principalmente en las sedes regionales.
[i] FECODE anunció que ha otorgado facultades al Comité Ejecutivo para que determine acciones de movilización nacional de acuerdo con el nivel de avance de la situación en los próximos 10 días.
