Declaración
07/05/2024
En su discurso el 1º de mayo ante las marchas organizadas como apoyo a su gobierno y en la cuales la causa palestina estuvo ausente como aspecto central, el presidente Petro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel.
Posteriormente, la cancillería en el marco de condenar a Hamas y calificar sus acciones como “barbáricas”, se encargó de aclarar los alcances de la decisión: los consulados seguirán funcionando con normalidad, así como los acuerdos comerciales de los empresarios privados y el Tratado de Libre Comercio (TLC), que Colombia tiene con Israel. Los contratos militares, que tras siete meses de genocidio el gobierno seguía manteniendo, se harán con otros proveedores.
No obstante, aunque sea bastante tardía y tenga esas limitaciones, reconocemos esta ruptura de relaciones diplomáticas como un paso en la dirección correcta. Así lo haya hecho obligado por las circunstancias internas y externas.
Un paso muy importante y necesario, aunque insuficiente. Pues se requiere avanzar a la ruptura de todas las relaciones Consulares, de los tratados económicos y militares, al mismo tiempo al impulso decidido de un Club de países que busque aislar a Israel, siguiendo la ruta que marcó Bolivia hace meses.
Hoy, este rompimiento de relaciones es blanco de los ataques del sionismo israelí y la reacción interna del país. Los mismos que marcharon el 21 de abril, están en cruzada contra la decisión. La oligarquía, la derecha y los sectores más retardatarios de la población, junto a los sionistas y sus agentes en Colombia, aprovechan para atacar como “aliados de Hamas”, “antisemitas” o de “enemigos de los judíos”, a quienes denunciamos el genocidio y apoyamos la causa de los palestinos. Un truco sucio que equivale a haber acusado como “anti alemanes” a quienes combatían a la Alemania Nazi. Estos cómplices del sionismo, sólo buscan cortinas de humo para encubrir su complicidad con la atroz masacre. Por eso rechazamos tajantemente sus perversas declaraciones y campañas reaccionarias.
Esta postura contra la reacción pro sionista para nada significa sumarnos al coro de “agradecimientos” o aplausos a Petro por la decisión tomada. Para valorar la ruptura de relaciones y rechazar de plano los ataques del sionismo y la extrema derecha, no es necesario colocarse en un “bloque” o en el campo político del gobierno, como pretenden sus seguidores que sólo admiten dos polos políticos en “un mundo en blanco y negro”, truco en el cual lamentablemente han caído algunos “socialistas”. No debe significar arrodillarse ante esa decisión del gobierno ni ante ninguna otra, o magnificarlas.
De nuestra parte, llamamos a utilizar los efectos políticos de esa medida, para continuar con más fuerza la campaña de movilización y lucha en defensa la causa palestina y llamar a enfrentar la ofensiva contra la ciudad de Rafah. Usarla para reforzar una posición a favor del derecho democrático de los palestinos a su territorio histórico, a resistir la ocupación y colonización del “estado israelí” fabricado artificialmente por el sionismo y los imperialismos, con la Resolución de la ONU en 1947.
Se puede utilizar pues la ruptura de relaciones, en los hechos, colocó en la agenda política del país la discusión de la tragedia en Gaza. Los más de 34.000 palestinos asesinados, la destrucción total en la Franja de Gaza que sigue perpetrando Israel con el firme apoyo de EEUU, las demás potencias y casi todos los gobiernos del mundo y demás atrocidades, hoy empezaron al menos para una parte de los seguidores del gobierno, a ocupar un lugar destacado como problema político del país. No para nosotros y las pocas organizaciones que desde octubre venimos realizando acciones y actividades en rechazo a las atrocidades de las fuerzas de ocupación. Y de nuestra parte, insistiendo en que Petro pasara de las palabras a los hechos y rompiera relaciones con Israel.
Para quienes apoyan al gobierno -en muchos casos ciegamente- y así sea como resultado de su defensa ante los ataques de la reacción interna, hoy la ruptura de relaciones hace que la tragedia del martirizado y oprimido pueblo palestino, ocupe lugar destacado en su agenda política. Eso les permite, por fin, visibilizar el genocidio en curso y la urgente necesidad de denunciarlo. La decisión del gobierno extiende la discusión política sobre esta tragedia y, de hecho, puede contribuir positivamente a la causa palestina.
Aunque nosotros, más allá de su deriva autoritaria y los entramados de obscena corrupción protagonizados por miembros de su gobierno y escandalosos sobornos al Congreso (caso carrotanques), además de los de su familia, que no llamamos a votar por Petro ni lo apoyamos políticamente, vemos bien el paso dado. Porque desde nuestra postura de defensa de los intereses de la clase trabajadora y los oprimidos, ejercemos una oposición socialista y revolucionaria a este gobierno. No tanto por que ha seguido en las mismas prácticas tradicionales que aseguró combatir, sino fundamentalmente por ser un gobierno que NO representa los intereses de la clase trabajadora, sino los de un sector de nuevos empresarios que se agrupan tras su proyecto y por eso busca desarrollar el capitalismo y hacerlo en estrecha alianza con empresarios extranjeros. Eso es lo que explica que, para desilusión de muchos, nada sea muy diferente en este gobierno del “cambio”.
Pero esta fractura de relaciones diplomáticas se da además, en un momento internacional donde si bien la masacre israelí sigue arrasando la vida de los palestinos y el sionismo inició el ataque total sobre la ciudad de Rafah, en la arena internacional los universitarios de EEUU y otras latitudes en apoyo a Palestina, se incorporan como contingente a las multitudinarias manifestaciones callejeras en las principales capitales del mundo y en muchos países árabes o de mayoría musulmana, que no se han detenido en estos meses. Con estas masivas protestas universitarias, así sean violentamente reprimidas, hoy la oposición al genocidio se amplía y se eleva a un problema político interno para Biden y los otros gobiernos. Como bien remarcó una periodista palestina, son estas acciones de lucha masiva “lo único que se interpone entre el genocidio y la supervivencia de los palestinos”. Son una esperanza para el pueblo palestino que sueña con vivir en libertad en su tierra y para quienes incorporarnos a nuestra lucha su causa de liberación nacional ante la ocupación sionista.
Por años, la causa palestina ha sido nuestra. Porque como socialistas, el combate de los oprimidos contra los opresores, es parte de nuestro programa y batalla política. Por eso, desde que se inició este nuevo y sangriento episodio de la tragedia del pueblo palestino, desarrollamos una campaña internacional y nacional de denuncia y solidaridad como lo fundamental de nuestra actividad política, en el seno de los jóvenes y la clase trabajadora. Una campaña señalando la necesidad imperiosa de organizar marchas masivas, protestas y acciones convocadas y organizadas por las centrales obreras y los sindicatos. Y al igual que unas pocas organizaciones en el país, participando en acciones de apoyo y divulgación de las movilizaciones que se producen en el mundo, con marchas, plantones, protestas y eventos.
De nuevo, la urgente necesidad de detener inmediatamente el ataque a Rafah y el exterminio del pueblo palestino, pasa porque las organizaciones sindicales y políticas mayoritarias, así como los activistas universitarios aprovechen este paso dado por Petro, para recorrer el camino marcado por los manifestantes en EEUU, Europa, el mundo árabe y hoy por los universitarios, organizando la movilización y la lucha callejera de los trabajadores y la juventud, levantando las banderas del pueblo palestino.
Nosotros lo seguiremos haciendo. Desde nuestra posición totalmente independiente y crítica ante este gobierno, pero con la disposición a participar en las acciones de movilización en apoyo a la lucha de los palestinos, si es que los dirigentes hacen una convocatoria realmente amplia y unitaria, es decir, dirigida a todos los que están por apoyar la causa palestina y no solo restringida a los partidarios del gobierno Petro.
Porque entre muchas razones, esa oposición nuestra al gobierno también está motivada en el rechazo a la supuesta “solución” de los “Dos estados” que éste propugna. Una “solución” que se presenta como “realista” pero que propone un pacto entre los usurpadores coloniales y los colonizados. La conciliación entre el victimario y sus víctimas. Como muestra la experiencia la partición de Palestina oficializada con la Resolución de la ONU de 1947 o luego los Acuerdos de Oslo, esa “solución” en vez de “paz” trajo este nuevo genocidio nazi en Gaza. Esa política ha bloqueado la reconquista del territorio de la Palestina histórica para el pueblo despojado y masacrado. Y sólo ha impedido la derrota del sionismo y de su “estado artificial” e impedido erradicar de esa región el “portaaviones” que poseen allí los EEUU y demás imperialismos.
Los “dos estados” son un imposible, una utopía y un engaño. Solo traerá la “paz” a los colonizadores sionistas y sus cómplices imperialistas, quienes necesitan mantener bajo su yugo al pueblo palestino, pues se han beneficiado y se seguirán beneficiando de la colonización de ese país. Es un absurdo histórico y engendro de este sistema, el cederles un territorio que nunca perteneció al sionismo israelí.
Y esa es la política que impulsan desde Biden, la UE, Putin, hasta la ONU, pasando por el gobierno Petro, López Obrador y sus pares de América Latina. Nos oponemos enfáticamente a esa trampa que solo sirve a los intereses imperialistas y únicamente ha traído más derramamiento de la sangre palestina, prolongando su tragedia.
Así, parar el genocidio y ponerse de pie hoy ante la ofensiva contra Rafah en Gaza, pasa porque los dirigentes de los sindicatos, centrales sindicales (CUT-FECODE-CTC) y las organizaciones políticas del país que dicen apoyar la causa palestina, dirigidas mayoritariamente por corrientes afectas al gobierno, de una vez por todas, aprovechen esta ruptura de relaciones para organizar y convocar a los trabajadores y la juventud a la movilización, con las banderas de rechazo al genocidio y por la liberación del pueblo palestino. Proponiendo no solo una tarea aislada, sino un Plan sistemático de movilizaciones y acciones de lucha callejera, para aislar a israel y combatirlo.
De nuestra parte seguimos incondicionalmente del lado del pueblo palestino y su lucha hasta recuperar su territorio, usando todos los medios a su alcance. Hasta lograr erradicar totalmente la ocupación colonial israelí y conquistar una sola nación palestina, laica democrática y no racista desde el rio Jordán hasta el mar Mediterráneo, con igualdad de derechos religiosos y democráticos para todos sus habitantes. Apostamos a ese programa de lucha como el único que puede abrir paso a un proceso revolucionario de las masas palestinas y árabes en la ruta de conquistar efectivamente una Palestina libre.