Octubre de 2023
Hace varios días, los obreros de las gigantes transnacionales de automóviles en EEUU desarrollan una huelga muy importante, que necesita el apoyo y toda la solidaridad posible de los demás trabajadores en este país y en otros.
Más de 13.000 trabajadores de Ford, General Motors (Chevrolet) y Stellantis (Crysler), organizados en el Sindicato de Trabajadores Automotrices, United Auto Workers, (UAW), iniciaron una huelga no vista en 25 años en EEUU. Por primera vez en la historia, el sindicato paraliza la producción simultáneamente en estas tres empresas. Así, los obreros de las gigantes industrias del automóvil de ese país salen al centro de la escena de la lucha.
Lo hacen para exigir un aumento salarial del 40% para un período de cuatro años. Terminar con las diferencias y escalas salariales (escalafones). Reducción de la jornada laboral semanal sin disminución del salario. Restablecer un reajuste salarial anual de acuerdo a la carestía o inflación, para no perder la capacidad adquisitiva de sus sueldos. Incorporar los trabajadores temporales a la nómina y restaurar las pensiones tradicionales para los nuevos trabajadores.
Están peleando por mejorar su situación, la de sus familias y sus comunidades, además de buscar prepararse para la transición a los carros eléctricos, que puede significar despidos, rebaja salarial y otros atropellos.
Con la huelga y la negociación buscan recuperar parte de lo cedido años atrás, en la crisis económica de 2008, momento en el que la dirección sindical decidió ceder a la patronal varias de las conquistas, bajo el argumento de ayudar a la recuperación de las empresas. Gracias a ese sacrificio de los obreros, la industria automotriz alcanzó ganancias récord y los dueños se llenaron los bolsillos a reventar.
Mientras que los propietarios de “Las Tres Grandes” fábricas de automóviles obtuvieron 250 mil millones de dólares en los últimos cuatro años, en el mismo período, los salarios de los trabajadores productores de esas ganancias, aumentaron sólo un 6%. Muy por debajo de la carestía. Lo que realmente significa una rebaja salarial.
Por eso, los trabajadores paralizaron la producción. Saben que son, ellos y los trabajadores en general, los que hacen los productos que enriquecen a los empresarios. Que es la clase obrera la que mueve la economía y hace que el mundo se mueva. Tiene el poder de paralizar o mover la economía capitalista. Como afirmó el presidente del Sindicato UAW, “Sin nosotros no se mueve una rueda”.
Hoy, la huelga enfrenta a la clase dominante de Estados Unidos dividida entre los Demócratas (liberales) de Biden y los Republicanos de Trump (ultra conservadores), que están en campaña. Por eso, dicen estar con los huelguistas. Coquetean para conquistar los votos de los trabajadores, pues en ese país éstos no tienen un partido político propio y, aun, equivocadamente, creen que ganarán algo votando por esos políticos y partidos de los grandes empresarios.
Por otro lado, la parálisis de la producción se da en medio de las dificultades que atraviesa la economía mundial a causa de las políticas de los capitalistas con la guerra en Ucrania como una de ellas, donde las grandes potencias, empezando por EEUU, se enfrentan entre sí para repartirse otra vez el mundo y para cada uno agarrar la tajada más grande.
Como siempre, quieren que los obreros y el pueblo pobre, paguen los platos rotos de la crisis, peleen sus guerras y mueran en éstas, y sufran sus consecuencias nefastas de la guerra en Ucrania que ellos causaron.
Pero como se ve, ahora los asalariados responden. En EEUU, con esta huelga del Sindicato de los trabajadores automotrices, las del Sindicato de Guionistas de Hollywood (escritores y actores de cine) y la de las enfermeras y docentes, entre otras luchas.
Igualmente sucede en Francia, Inglaterra y otros países de Europa. La clase obrera vuelve a levantarse con la huelga para reclamar sus derechos. Los une la lucha contra la carestía, el ataque al salario, los abusivos ritmos de trabajo y mejorar sus condiciones laborales y de vida.
Así, las cosas parecen marchar hacia “un horizonte de puños levantados”. Eso abriría la posibilidad de dar un vuelco a la situación en que vivimos, a favor de los más pobres y explotados.
Es entonces urgente y necesario que esta huelga sea rodeada de la más amplia solidaridad activa, por cuenta de las organizaciones de trabajadores de este país y del mundo, para ayudarlos a triunfar, pues los trabajadores automotrices son parte de la clase obrera mundial.
En Colombia se necesita que la Central Unitaria CUT, la FECODE, los sindicatos de maestros y demás sindicatos, en particular los de las fábricas y ensambladoras de carros, den a conocer esta huelga a sus afiliados y organicen actividades de solidaridad.
Además, la solidaridad es muy importante porque está enfrentando a los grandes empresarios de EEUU, la principal potencia explotadora de los pueblos del mundo, que domina y saquea al país y a toda Latinoamérica, región que considera como “su patio trasero”.
De extenderse y profundizarse este tipo de huelgas y luchas, internacionalmente, se podría ir abriendo la ruta para terminar definitivamente con la miseria, el desempleo, la carestía, la discriminación, la violencia y las guerras e impedir que se siga destruyendo la naturaleza.
Camino para que la clase trabajadora asuma el control de la economía y coloque las fábricas, las tierras, los comercios, transportes, bancos, los capitales, etc., al servicio de las grandes mayorías pobres y explotadas. Se podría despejar el sendero para acabar con las injusticias y darle la vuelta a este sistema social tremendamente desigual. Sociedad donde una minoría de potentados vive a cuerpo de rey, gracias al trabajo ajeno y el hambre de las mayorías que oprime y explota, con salarios para los trabajadores que a duras penas alcanzan para sobrevivir.
Pero, para cumplir ese objetivo es indispensable que la clase trabajadora rechace la conciliación de clases y construya su propia organización política, independiente del gobierno y la patronal. Bajo los principios de la independencia de clase: frente al gobierno, a los empresarios y sus partidos políticos, así se declaren progresistas o digan estar a favor del pueblo o los trabajadores.
Una organización que practique la solidaridad de clase internacional y la lucha consecuente contra el capitalismo causante de las penalidades de los pobres en el mundo. Que tenga como método la huelga y la movilización como armas para enfrentar a la patronal y conquistar sus derechos.