Durante 8 días el magisterio colombiano paralizó sus actividades para luchar en las calles del país contra el nefasto proyecto de ley de reforma estatutaria a la educación pública hasta lograr su hundimiento. Este proyecto fue aprobado en la comisión primera del senado, en un acuerdo entre los sectores de oposición de la extrema derecha: uribistas, cambio radical y conservadores y los representantes del Pacto Histórico por parte del gobierno. El proyecto de ley que había sido aprobado con anterioridad en la cámara de representantes, atacaba la estabilidad del magisterio y a la educación pública a cargo del Estado.
El significado de este triunfo es muy importante, no solo para el magisterio y la educación pública en Colombia, sino también porque muestra el camino de lucha que deben seguir los demás trabajadores para defender sus derechos e intentar conquistar otros nuevos.
Es una derrota, aunque parcial, al acuerdo de unidad nacional que tenía el gobierno de Petro con la extrema derecha del país para imponer su plan de modernizar el capitalismo, entregando conquistas de los trabajadores y golpeando lo público en beneficio de lo privado, lo que significaba avanzar en el objetivo de las burguesías imperialistas y nacionales de convertir en negocio rentable la educación, negándola como derecho al convertirla en un servicio para quien pueda pagarla, al igual que hizo con la salud y los servicios públicos domiciliarios.
La descarada celebración de las uribistas María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, alertó al magisterio y desató una oleada de indignación, exigiendo que FECODE rechazara ese Proyecto y llamara al paro. Esto obligó a los dirigentes de la federación y sus sindicatos filiales, tras varias vacilaciones, a convocar de forma urgente al paro nacional permanente, con movilizaciones, asambleas y la toma de Bogotá; y a levantar la justa política de exigir el hundimiento de la Ley Estatutaria de Educación.
La copa que se venía llenando desde el primero de mayo, cuando el gobierno implementó de forma improvisada el “nuevo” sistema de salud del magisterio, fue el acuerdo en la comisión primera del senado entre el gobierno y la oposición.
Dicho acuerdo generó dudas entre los maestros, que votaron mayoritariamente por Petro, y aunque no ocasiona una ruptura total con el gobierno, si le generó una crisis, al tratarse del sector sindical más poderoso que lo apoya, y manda un mensaje a los trabajadores sobre los riesgos de esa política de conciliación de clases
Esperar de la extrema derecha y la derecha, representantes de la burguesía y de la oligarquía y, en consecuencia defensores de sus privilegios, que legislen a favor de los trabajadores, sería una ingenuidad, pero lo nuevo de esta experiencia es que todos los aspectos reaccionarios incluidos en el proyecto de ley fueron acordados por el gobierno nacional y su frente político, el pacto histórico y sus representantes. Tanto la ministra de educación, como María José Pizarro (senadora del PH), lejos de retractarse, salieron a defenderlo.
La ministra de educación, Aurora Vergara afirmó: “Hoy le mostramos a Colombia que la educación es nuestro gran Acuerdo Nacional. Logramos avanzar en la construcción de consensos para darle al país una respuesta que estaba esperando desde 1994. Nos quedan múltiples voces por integrar y lo haremos en la plenaria del Senado de la República”.[i]
La senadora María José Pizarro, a su vez, manifestó que “este es el piso sobre el cual podemos construir un Acuerdo Nacional, aprendiendo a convivir, a comunicarnos y a pensar colectivamente a pesar de nuestras diferencias. Gracias a esta iniciativa todos los niños y niñas del país tendrán derecho a formarse desde que nacen”
La senadora María Fernanda Cabal del uribista Centro Democrático opinó: “Destaco de este proyecto el respeto a la competencia privada existiendo lo público, y también la actitud de una ministra que muestra mucho conocimiento y estatura moral”
La afirmación del presidente Petro en una de sus intervenciones al respecto, deja claro el carácter burgués de este gobiernos: “yo fui ingenuo, porque creí que todos los partidos políticos de Colombia estaban de acuerdo en que había que impulsar la educación pública del país….pensé que era verdad sabida, pensé que era el eje del acuerdo nacional”; dicha afirmación sirve como distractor y engaño a los trabajadores y sectores populares, obviando intencionalmente los distintos intereses que existen entre la burguesía y los trabajadores, y dejando claro cuáles son las verdaderas intenciones del “gobierno del cambio”
Ante el fracaso en su intención de presentarlo a la plenaria del senado, debido al hundimiento del mismo como resultado del paro del magisterio, la ministra aseguró que lo presentará en la próxima legislatura, aclarando, que hay que escuchar todas las voces, incluida la de los maestros organizados en Fecode.
El proyecto inicial, fue aprobado en Cámara de Representantes y contaba con el apoyo de sectores de la educación, incluido algunos directivos de Fecode.
Este proyecto de ley de reforma estatutaria a la educación incluía, entre otros, aspectos tan lesivos como:
- No garantizaba la correcta financiación de la educación pública al amarrar todo aumento de recursos a la “sostenibilidad fiscal”.
- Tampoco reconocía la deuda histórica de los gobiernos nacionales con la educación preescolar, básica y media de cerca de $300 billones de pesos, debido a los recortes de las transferencias al Sistema General de Participaciones (SGP) desde 2001 a 2022, ni reconocía las necesidades presupuestales de la educación pública superior que ascienden a más de $17 billones de pesos según el último informe del Sistema Universitario Estatal (SUE) de 2021. Sin plata no hay educación de calidad.
Desfinanciar la educación pública estatal entregando parte de los recursos de ésta al sector privado, con el riesgo de ir avanzando en el proceso de privatización.
Implementar la evaluación sanción para los maestros, responsabilizándolos, sólo a ellos de la calidad de la educación, sin referirse a factores como: la lamentable infraestructura, el alto costo de la canasta educativa, la no financiación en la formación académica y pedagógica de los maestros, las condiciones sociales y económicas de municipios y departamentos y zonas marginadas del desarrollo; factores que son responsabilidad total del Estado y sin tener en cuenta el número de estudiantes por docente que en la educación pública es en promedio de 40 estudiantes por grupo, mientras en el sector privado el promedio es de 15 estudiantes.
Limitar el acceso de jóvenes pobres y de sectores populares, a la educación superior, imponiendo cursos cortos como educación formal y desfinanciar las universidades públicas.
- Limitar la autonomía al SENA, lo que terminaría profundizando la desfinanciación, que depende de los aportes parafiscales, pues al cambiar su naturaleza de formación para el trabajo, tendría que disputarse los recursos del Estado destinados para la educacióniii al considerarse como modalidad terciaria.
No garantizar la educación preescolar de tres grados financiada y administrada por el Estado.
- Reducción de la educación a «servicio público esencial» para eliminar el derecho a la protesta en defensa de la educación pública y a los reclamos de los maestros, como asalariados.
- Limitar la participación de los estamentos en las decisiones que les afectan directamente, socavando así la democracia universitaria.iv
El triunfo del Paro nacional de los maestros
Los maestros obligaron a la ministra de Educación y a los parlamentarios del Pacto Histórico a retroceder y quitarse del acuerdo que habían pactado y firmado con los parlamentarios del Uribismo, de los conservadores y de Cambio Radical, bajo el argumento de que lo importante era aprobar el Proyecto de Ley Estatutaria de Educación. No les importó que éste contuviera un agresivo ataque “neoliberal” al gremio, a la educación estatal. Pues entre otras cosas, está en sintonía con las exigencias de los organismos internacionales (OCDE, BM), dominados por los EEUU y demás potencias capitalistas.
A la ministra de Educación y los parlamentarios del gobierno del “cambio”, poco les importó abrirse a la privatización y que las conquistas logradas por el magisterio tras muchas luchas, entre ellas el derecho a la protesta, estuvieran a punto de ser arrasadas.
Así el magisterio que votó mayoritariamente por Petro y sus parlamentarios y tras dos años de apoyo incondicional a éste, protagonizó la primera acción de lucha nacional y salió al paso a las desastrosas consecuencias de su política de conciliación, pacto y “acuerdo nacional” con los partidos de la patronal y la oligarquía. El magisterio ya había “calentado motores” cuando docentes de Boyacá, Cundinamarca y otros, realizaron protestas y en el eje cafetero hicieron un paro de 24 horas, contra la improvisación del gobierno con el cambio de prestadores del servicio de salud, ya de por sí deficiente. Por los problemas que esto significó y ante el silencio de la dirección de la FECODE, algunas seccionales se vieron en la necesidad de salir a protestar.
El contundente fracaso del desastroso proyecto, es resultado directo de este decidido y masivo paro del magisterio, que colocó el tema de la educación pública en la agenda política del país.
Este triunfo del Paro nacional de los maestros, muestra una vez más, como se mostró con el estallido que tumbó la Tributaria de Duque, que la movilización y la lucha es el único camino seguro para conjurar ataques como éste, que atentan contra las condiciones de trabajo y de vida de los maestros, la clase trabajadora, y los más pobres.
Llamamos a los maestros y a otros sectores de trabajadores a estar alertas y a no permitir nuevas maniobras en los acuerdos que se intentarán justificar con el argumento de que hay que conciliar y ceder para que pasen las reformas, como ya lo afirmó María José Pizarro.
NUESTRA SOLIDARIDAD CON LOS SECTORES DE TRABAJADORES EN PIE DE LUCHA
Como trabajadores y socialistas nos alegramos por el triunfo obtenido por los maestros con el paro nacional al lograr derrotar la reforma a la educación; somos solidarios con los trabajadores que salen nuevamente a la lucha exigiendo sus derechos: huelga en el ministerio de trabajo, el conflicto de los administrativos de la educación, el conflicto de los trabajadores de COLPENSIONES y la DIAN contra los despidos masivos. Llamamos a la unidad de los trabajadores y a su organización democrática.
Este es un ejemplo de lucha triunfante que el magisterio y demás sectores de trabajadores no debemos olvidar para avanzar en la unidad y la solidaridad como clase y alcanzar los triunfos que consoliden nuestro poder como clase productora de riqueza material y social, enfrentando siempre a la patronal. Los llamamos a confiar solo en nuestra lucha y a no confiar en acuerdos por las alturas con representantes de la burguesía en sus instituciones.
¡Vivan las justas luchas de los trabajadores!
¡Por una educación pública de calidad: unidad de maestros, estudiantes y padres de familia!
¡La lucha nos da lo que los patronos nos niegan!
i David Mora, la Silla vacía, junio 16 de 2024
ii David Mora, la Silla vacía, junio 16 de 2024
iii Alyda Murillo, presidenta de SINDESENA
iv David Mor, La silla Vacía, junio 16 de 2024