Las multitudinarias marchas y concentraciones en las principales ciudades del país ocuparon de nuevo el centro de la escena del levantamiento popular iniciado el 28 de abril en Colombia. Éste no da su brazo a torcer, a pesar de la violenta represión, los asesinatos de jóvenes manifestantes, de los ataques armados del uribismo y empresarios a la Minga indígena en Cali y la promesa del gobierno de sentarse a “dialogar” con los de abajo. Lo que está en juego es el futuro para millones de jóvenes y trabajadores. Por eso, hay que aprovechar el impulso de la lucha que ha metido en aprietos a los de arriba para continuar con la movilización. No es momento de vacilaciones. Es urgente que las direcciones definan un Plan de Lucha y, de una vez por todas, ratifiquen el paro que habían convocado para el 19M y lo preparen como Obrero y popular, para lo cual es necesario una organización real, por las bases, con Comités de Paro electos en barrios y sitios de trabajo, hasta lograr tumbar todo el paquetazo de Duque-FMI.
