Por: Dago López 23/Mayo/2020
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Comentarios previos.
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El Imperialismo y el capitalismo…una gran enfermedad.
El planeta hoy vive una situación que muchos han denominado inédita desde la aparición del virus y la enfermedad del COVID-19.
El virus encontró las condiciones óptimas para su transmisión y extensión. Esta circunstancia favorable es el resultado de los planes, programas y políticas de la burguesía en el poder en contra de los trabajadores y pobres. El estado de desigualdad, miseria, hambre y enfermedades para millones de seres humanos no es nuevo. Los marxistas revolucionarios sabemos que esa es la esencia del capitalismo. Las masas trabajadoras en esta sociedad dividida en clases siempre serán los perjudicados por la sed de ganancias de los dueños del poder.
Por lo tanto, el virus NO es el responsable de la agudización de las condiciones de miseria de los trabajadores, los culpables están en la élite del poder mundial, la burguesía. Ellos generaron con su sed de ganancias, las condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad.
Así las cosas, queda evidente la tragedia que nos golpea con esta enfermedad mortal que se combina de manera nefasta con la existencia de un sistema de explotación, opresión y el lucro de las minorías: el capitalismo y el imperialismo.
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Las decisiones de la burguesía.
Obligados por las circunstancias en esta inédita situación de crisis mundial, los gobiernos imperialistas y semicoloniales, muy a su pesar, decidieron tomar medidas improvisadas para tratar de contener y disminuir los efectos de la enfermedad. Ordenaron cerrar en algunos casos y de forma parcial empresas e instituciones. Hoy gran parte de la humanidad está confinada en sus residencias, la economía del planeta se encuentra relativamente paralizada, siendo éste un grave problema para la economía burguesa pues sus ganancias ya no suman como antes. El pánico de los empresarios no se ha hecho esperar. Hoy claman por la reapertura de sus empresas para tratar de recuperar sus ganancias sin importar la salud de los trabajadores. Aprovecharán eso sí la situación para imponer nuevas medidas de ajuste contra la clase trabajadora y buscar por todos los medios, superar la crisis económica post-pandemia que se profundizará.
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El sistema educativo burgués en el marco de la pandemia.
Los responsables.
Los gobiernos imperialistas y semicoloniales del planeta, con la ayuda de organismos internacionales como la ONU, la OCDE, el FMI y la UNESCO entre otros, han aplicado históricamente, planes y políticas de recortes presupuestales profundamente lesivas, además han impuesto currículos escolares adaptados a las necesidades e intereses de la economía capitalista. Debido a esto, la educación pública del planeta ha estado en permanente crisis, hecho que se manifiesta en el deterioro constante de su infraestructura y servicios. El resultado de estas medidas contra la escuela de la clase obrera y los pobres propician e incentivan además, la privatización del servicio, como en el caso de las salud, convirtiéndolo en un lucrativo negocio.
Colombia como semicolonia, no ha estado exenta de la aplicación de estos planes y políticas. Esta es la razón del porqué la educación en el país a cargo del estado sobrevive en medio del abandono y la pobreza. Sin embargo, un gran número de maestros consideran falsamente que “todos somos responsables” del desastroso estado de la educación pública, permitiendo así a las élites en el poder, – ¡¡estas sí responsables directas!! – esconder las verdaderas causas de la crisis del sistema educativo. Es utópico creer que por medio de bazares, rifas y otros aportes de los padres de familia, o del esfuerzo individual de los docentes para mejorar su actividad pedagógica, se superará la pésima calidad y las deplorables condiciones de este sistema escolar. No será con “pañitos de agua tibia” que evitaremos la ruina de la escuela burguesa, ¿Cuándo podremos disfrutar de una educación científica y de calidad? Esto no será posible hasta cuando los trabajadores acabemos con este sistema de opresión y explotación. Como la crisis es estructural, la solución también deberá ser estructural.
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Los maestros en la pandemia.
Por cuenta de las decisiones de los gobiernos, los sistemas escolares de 188 países cerraron sus instituciones educativas, esto equivale al 90% de los estudiantes del planeta[1]. Maestros, trabajadores, estudiantes y padres de familia fueron obligados a continuar las actividades pedagógicas a través del denominado “trabajo en casa”.
Esto ha generado un hecho nuevo, con características particulares no vividas hasta ahora. El trabajo en casa es una medida improvisada. Ni los maestros ni las familias estábamos preparados para esto. Con la nueva situación, hoy más que nunca los directamente responsables de “garantizar” la continuidad del proceso educativo somos los docentes, pero también los trabajadores del sector, los padres de familia y estudiantes.
En ese marco, los gobiernos, sin poner nada a cambio, ordenaron un ajuste en el estilo de trabajo, que en consecuencia está afectando de manera negativa, también a los docentes.
Esta nueva realidad les ha implicado dedicar extenuantes horas diarias para cumplir con sus responsabilidades. Los docentes trabajan desde sus casas, atendiendo a estudiantes, padres y directivos, preparando clases, guías, planes, bitácoras, aprendiendo el manejo de plataformas virtuales, colocando sus propias herramientas tecnológicas, recursos económicos y asumiendo sobrecostos en los gastos de energía y datos, menguando aún más sus bajos salarios. En esta maraña de actividades cabe particularizar el rol cumplido por las maestras madres cabezas de familia quienes además deben atender sus labores en el hogar.[2] [3]
El peso de esta carga laboral también ha generado condiciones extremas de agotamiento, stress permanente, deterioro de la salud física y mental, con un agravante: Hoy, con la excusa de la pandemia, la atención de la salud para el gremio está en peores condiciones.
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Las familias de obreros y trabajadores en la pandemia.
Por otro lado, están los obreros y trabajadores, madres y padres de los estudiantes de la escuela pública, que han vivido históricamente en medio de la desigualdad, la miseria y las injusticias generadas por este sistema económico y social excluyente, condiciones heredadas y que no son producto del virus. Hoy como antes, hacen ingentes esfuerzos para no morirse de hambre con sus hijos. Sin embargo, en medio de esta pandemia con el confinamiento obligatorio y la cuarentena, su situación ha empeorado, la falta de respuestas efectivas del gobierno no permite la supervivencia digna de los integrantes de las familias de estos sectores pauperizados. Las famosas ayudas prometidas por el gobierno son solo limosnas que llegan a unos cuantos. Para ellos, la llamada educación virtual y el trabajo en casa pregonados desde el Ministerio de educación como la gran solución, es una mentira, igualmente la cacareada conectividad[4] gratuita que nunca ha llegado a las zonas más apartadas. Al desempleo y el hambre, se han sumado el estrés por la carencia casi total de herramientas tecnológicas junto con el exceso de trabajo académico.
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La educación privada.
La división de clases con sus consecuentes desigualdades en el sistema educativo capitalista se refleja en la existencia de la educación privada. No se trata solo de los sectores de clase que pueden acceder a este tipo de educación sino también del nivel de explotación de docentes y trabajadores que laboran en el sector. Están sometidos a regímenes dictaroriales sin posibilidades de sindicalización, permanentemente expuestos a la pérdida de su empleo, con horarios laborales extenuantes, con preocupantes consecuencias en su salud física y mental y con la obligación de tener satisfechos a sus “clientes”, padres de familia y estudiantes. Hoy en medio de la pandemia, múltiples instituciones privadas han anunciado el congelamiento y rebaja salarial, además del despido de muchos docentes y trabajadores.[5]
Muchos de los usuarios de estas instituciones educativas son familias de trabajadores y empleados de clase media, con deudas en los bancos, sin ingresos por efecto de los despidos de la patronal, quienes no podrán seguir pagando matrículas y pensiones de sus hijos.[6] Estas familias se verán forzadas a llevar sus hijos a la educación pública.[7]
Hay además gran cantidad de trabajadores estudiantes en jornadas nocturnas en universidades privadas, pagando altos costos por matrículas, muchos de ellos con deudas con el Icetex, que han sido despedidos de sus trabajos. No tendrán más alternativa que retirarse de sus estudios. Queda en evidencia también el papel de los sectores burgueses dueños de las instituciones privadas a quienes sólo les preocupa la ganancia y mantienen el cobro de altos costos educativos. Esta situación es parte del acumulado de la crisis económica y social que en perspectiva se seguirá profundizando.
Caso aparte es la situación de las familias burguesas de las instituciones privadas quienes, con o sin pandemia, son los privilegiados de esta sociedad y hoy como ayer se benefician de su condición de dueños del capital. Por eso NO es cierto que la pandemia afecta a todos por igual.
El panorama no parece nada prometedor, la situación seguramente va a generar mayor crisis social, pobreza y miseria y en consecuencia, de manera afortunada para los trabajadores, mayor posibilidades para la confrontación al régimen y una dinámica favorable para la lucha de clases.
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La perspectiva.
El sector educativo fue protagonista de importantes luchas en años pasados protagonizadas, entre otros por estudiantes y maestros en defensa de mayor presupuesto para su mejor funcionamiento. Paros como los realizados por la comunidad universitaria en el 2011, 2016 , 2019 por mencionar unos pocos, mostraron que los jóvenes han sido vanguardia de las luchas. También los docentes hemos estado confrontando permanentemente las lesivas políticas del gobierno contra la educación pública. Adicionalmente, fueron de enorme relevancia las acciones de masas realizadas desde el 21 de noviembre del año pasado, protagonizadas por amplios sectores de la clase media en Colombia, en el marco de importantes movilizaciones en América Latina, como en Ecuador, Chile y Colombia y en Europa, Medio oriente o Asia: Francia, Argelia, Líbano, Irak o Hong Kong. Estos importantes hechos de la lucha de clases evidenciaron que, a pesar de las condiciones adversas de los trabajadores la correlación de fuerzas mundial se mostró favorable para los explotados.
Actualmente en el marco de la pandemia, estos procesos de lucha han estado confinados junto con sus protagonistas. Sin embargo, la crisis de la economía capitalista imperialista que ya estamos viviendo y la próxima, después del confinamiento no serán más de lo mismo. Las ganancias dejadas de recibir por los capitalistas serán arrancadas con “sangre, sudor y lágrimas” de los bolsillos de los trabajadores y las masas empobrecidas. El imperialismo y las burguesías se han venido preparando para implementar un plan feroz contra la clase obrera y los trabajadores. Un ejemplo cercano es el de Ecuador donde el gobierno de Lenin Moreno ya aprobó un paquetazo siniestro. Pero la crisis y sus consecuencias son una puerta abierta que seguramente reavivarán el entusiasmo de lucha de las masas, incluidos los estudiantes y docentes. En el marco de la pandemia ha habido expresiones marginales de protesta e inconformismo por las duras condiciones impuestas a médicos, obreros, informales, entre otros. Estas son muestras que nos indican el camino para la lucha. Es responsabilidad de las direcciones sindicales planear y organizarla desde las bases del conjunto de los trabajadores.
En ese contexto, los maestros en esta coyuntura debemos exigir:
- No apertura del sistema escolar, hasta tanto no se garanticen las medidas efectivas de bioseguridad para proteger a estudiantes, trabajadores del sector, docentes y padres de familia.
- Entrega gratuita de equipos de computación para todos los estudiantes de las instituciones educativas del estado.
- Conectividad total y gratuita para todas las familias con hijos en los centros educativos del estado.
- Alimentación para todos los estudiantes de los centros educativos del estado.
- Dotación gratuita de equipos de computación para todos los docentes estatales.
- Ingreso mínimo vital de un salario mínimo para la población, confinada y desempleada.
- Ningún despido para los docentes del sector privado.
- Condonación de las deudas del Icetex de todos los estudiantes de las instituciones universitarias.
- No cobro de matrículas para los estudiantes trabajadores e hijos de trabajadores.
- Pago de todos los derechos salariales y prestacionales para el magisterio.
- Atención oportuna a los problemas de la salud de los maestros.
Los trabajadores somos los que producimos la riqueza del planeta y tenemos la capacidad de tomar en nuestras manos el control de la economía para ponerla al servicio de la mayoría de la población.
[1] Según calcula la Unesco, 1.600 millones de estudiantes de 188 países no tienen clases presenciales. Es decir, el 91,3% de los alumnos a nivel global está afectado. Infobase. 21-05-2020
[2] “Mí día a día se convirtió en un caos. En casa, soy yo quien sale a hacer los mandados, quien cocina y limpia, quien arma tareas para mis alumnos. También contesto los mensajes de dudas de los chicos y sus papás a cualquier hora y cualquier día, ayudo a mis hijos con sus deberes”. Infobase. 21-05-2020.
[3] “… la diferencia entre el trabajo profesional y doméstico se difumina y la carga de este último afecta más directamente a las mujeres, quienes conforman el 75% de la planta docente del país. Periódico: La tercera. 30-04-2020.
[4] “Muchísima gente no tiene ni herramientas ni conectividad”, “ Las cifras así lo demuestran. De acuerdo al último censo del Dane, solo el 43 por ciento de las personas del país tienen acceso a internet fijo o móvil. De acuerdo con el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, el 17 por ciento de los estudiantes universitarios de IES privadas no tienen ni computador ni internet; en las IES públicas, la cifra es del 29 por ciento”. Periódico el Tiempo. 02-05-2020
[5] “…Cerca de 250 colegios privados enviaron una carta al presidente Iván Duque…son cerca de 3.000 empleos los que se pueden perder…”. Blu radio. 01-04-2020
[6] “…14 millones de personas que habían logrado establecer una fuente de ingreso como profesionales independientes, emprendedores o informales que se consideraban exitosos… pueden caer incluso en situación de pobreza en muy corto tiempo, si no tienen para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda o servicios públicos” Revista Dinero. 04-03-2020
[7] “…cerca del 80 por ciento de los acudientes no han cancelado lo correspondiente a la pensión de abril, lo que pone en riesgo la viabilidad financiera de los establecimientos educativos.” “…los padres de familia han expuesto ante las instituciones educativas, la falta de ingresos económicos generados por despidos, suspensión de los contratos de trabajo, cierre de establecimientos de comercio, pérdida de fuentes de ingreso como trabajadores independientes formales e informales…”. Revista Semana. 04-27-2020