Por: Norman V.

Mayo 25/20

La actual crisis económica es un fenómeno nuevo que resulta de la combinación de la crisis iniciada en el 2008, con la semiparalización actual de la economía a la que se vio obligada la burguesía a nivel mundial. Esa nueva realidad, ese fenómeno cualitativamente nuevo, no se explica por la aparición del fenómeno natural del Covid-19, si no porque se da en el contexto de la economía capitalista imperialista.

Cifras económicas difundidas por reconocidos medios de comunicación dan cuenta de una contracción de Europa del 7.4% en el año 2020. En la Unión Europea se proyecta un decrecimiento en 2020 del 7,4 por ciento, cifra sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Francia, Italia y España tendrán caídas de alrededor del 9 por ciento. Alemania, que es el principal motor de esa región, decrecerá en un 6,5 por ciento. Y en China, que es uno de los tres grandes jugadores de la economía mundial, el PIB, que crecía al 10 por ciento anual hace solo tres años, va a terminar con una cifra cercana al 1 por ciento. Ante ese panorama, 2021 no se ve más prometedor que 2020.”[1]

Estados Unidos, la primera potencia mundial, se contraerá en una cifra similar o mayor durante el presente año; “Para entender la gravedad de la situación económica de Estados Unidos hay que hacer comparaciones con el pasado. La economía de ese país, que cayó 4,8 por ciento en el primer trimestre de este año, caerá 30 por ciento en el segundo. Sólo en abril, 20,5 millones de gringos perdieron su trabajo. Poniendo esta cifra en perspectiva, en el peor mes de la recesión de 2009 se perdieron 800.000 empleos, apenas el 4 por ciento de la cifra del mes pasado. El desempleo hoy es de 33 millones y para final de año está proyectado en cerca del 17 por ciento. En la Gran Depresión de 1929 se llegó al 25 por ciento, pero desde ese momento, en casi 100 años, nunca había superado el 10,8 por ciento.”[2]

Los datos anteriores, referidos a las 3 economías mundiales más poderosas, son realmente preocupantes, por ser estas las locomotoras fundamentales del mercado capitalista mundial; de cumplirse los presagios planteados por los mismos economistas burgueses, arrastrarían en menos de dos  años a todo el planeta a una gran depresión parecida a la del 29 del siglo pasado, la cual no se superó con las medidas aplicadas por la burguesía de aquella época y cuya máxima consecuencia fue la segunda guerra mundial que dejó más de cuarenta millones de muertos “el avance de la pandemia a nivel mundial con la semi paralización de la producción, la distribución y el comercio internacional  amenaza profundizar la crisis económica (2008) en una grave Depresión como la de 1929-30 o aun peor,” [3] es decir, no sería la misma crisis si no otra con efectos más profundos sobre el planeta.

AMÉRICA LATINA Y LA CRISIS

Por su parte, los informes sobre América Latina, que antes de la crisis generada por la pandemia ya eran preocupantes, después de la misma se verá con un crecimiento negativo durante este año y muy seguramente los próximos años.

Ya desde antes de la pandemia, América Latina y el Caribe acumulaban casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de  aumento del 0,4% del PIB entre 2014 y 2019 “El Producto Interior Bruto de la región caerá un 5,3%. Hay que remontase 1914 y 1930 para observar caídas similares.” [4]

No hay dudas sobre esta caída estruendosa de la economía, y aunque interpretarla sólo  como una profundización de la crisis del 2008 no sería correcto, lo que sí hay que entender es que la no recuperación de la crisis del 2008, deja al mundo en peores condiciones para tratar de superar el fenómeno que hoy se presenta;  en ese sentido hay una inevitable conexión entre ambas; la no recuperación de aquella imposibilita cualquier amortiguación de la crisis actual para hacerla menos gravosa y permite ese salto cualitativo hacia atrás, cuyas predicciones son incalculables aun por los más expertos economistas.

Aunque la mayoría de analistas burgueses hacen una separación mecánica de ambas crisis, lo cual considero incorrecto,  y no se la puede definir como una continuidad de la misma ya que el fenómeno actual es nuevo e inesperado, ambas crisis se juntan para generar esta nueva realidad que podría desembocar en una gran depresión como la de 1929, o peor, si consideramos  que las dos realidades se darían con casi 100 años de diferencia y un capitalismo actualmente más descompuesto.

LA NUEVA REALIDAD ECONÓMICA COLOMBIANA

Colombia, como parte de América latina y de la economía mundial tenía cifradas sus esperanzas en un crecimiento que, analizado por instituciones burguesas como el FMI, el BM o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), estaba proyectado entre el 3% y 3.5%.  Ahora las mismas instituciones y economistas prevén una contracción de su economía que puede ser del -2%. “Para América Latina estiman un decrecimiento del 5,2 por ciento, y Colombia sale mejor librado que los países grandes de la región. Brasil caerá 5,3 por ciento; México, 6,6 por ciento; Argentina, 5,7 por ciento; Chile y Perú, 4,5; y Colombia se contraería un 2,4 por ciento. El Banco Mundial también recortó sus proyecciones y espera una caída del 2 por ciento para la nación, frente a un desplome de 4,6 por ciento en América Latina… [5]

Por su parte, los economistas burgueses del país se dividen entre los  que pronostican una caída del PIB entre el 0 y el 1%, y quienes manifiestan que dicho crecimiento será negativo que podría ser del -2.5%  “Existe la posibilidad de que 2020 sea el segundo año en la historia de Colombia en que el país tenga cero crecimiento del PIB o crecimiento negativo. Los economistas están divididos por mitad frente a este tema. Entre los optimistas está Fedesarrollo, que tiene tres escenarios que van desde +2,3 por ciento hasta -0,4. Anif, por su lado, cree que el aumento del PIB estará entre el 0,5 y el 1 por ciento. Sin embargo, hay analistas con una visión más pesimista. Goldman Sachs proyecta para este año una caída del PIB para el país del 2,5 por ciento negativos. Otros expertos respetados, como Sergio Clavijo y el equipo económico del BID, consideran que un crecimiento de cero o menos es una posibilidad real para este año. En la historia de Colombia solo ha habido crecimiento negativo en 1999, cuando el PIB cayó 4,5 por ciento.”[6]

Este país que aparecía como uno de los más seguros de Latinoamérica, comparado con el conjunto del continente, a pesar de su bajo crecimiento, generaba mayores expectativas para los inversionistas burgueses. Esa realidad ha cambiado, producto de este nuevo fenómeno económico. Esa agudización se ve reflejada desde ahora en el aumento del desempleo,  los problemas de salud, de hambre y de miseria que serán cada vez peores en la mayoría de la población pobre y explotada, realidad que se irá agudizando en la medida en que pase el tiempo.

Cualesquiera sean los cálculos hechos por uno u otro economista o institución, y de la variación que vayan presentando los datos sobre la crisis, lo cierto es que hay unanimidad en la afirmación de que dicha crisis es mundial.[7]

ANÁLISIS BURGUÉS VS. ANÁLISIS MARXISTA DE LAS CRISIS

Cuando se presentan estos fenómenos, la burguesía hace su propio análisis de clase; dichos análisis están en el marco de sus intereses. Mienten cuando plantean que la crisis es producto de la pandemia y que en eso nadie tiene la culpa, que es un hecho inesperado, que golpea a todo el mundo y que se deben tomar medidas drásticas que inevitablemente traerán consecuencias graves, de esa manera van preparando el terreno para que los trabajadores aceptemos pasivamente las drásticas medidas que empiezan a implementar, en consecuencia, con ese falso análisis, proponen reabrir la economía sin medir con objetividad las consecuencias, implementan medidas como despido de trabajadores, rebaja de salarios, auxilios financieros para sus empresas. El centro de sus preocupación está en la recuperación de la tasa de ganancias en una economía semiparalizada; por lo mismo, y ante el aumento del desempleo, van a aprovechar ese grupo de desempleados que aumenta el ejército de reserva de trabajadores para rebajar salarios, aumentar la jornada laboral y exigir más productividad (aumento de la cuota de plusvalía), con la amenaza y el chantaje de perder el empleo ante cualquier reclamo. Son conscientes de que el capital  no produce la riqueza y que necesitan obreros que muevan las empresas para producir plusvalía. Esa tasa de ganancias es el factor  fundamental en el funcionamiento de este sistema capitalista y para lograrla, aplicarán las medidas que consideren necesarias; esto es lo que los marxistas debemos entender como conducta de clase da la burguesía. Para los burgueses, la economía es movimiento de mercancías, con dicho movimiento, los capitalistas obtienen cada vez más ganancias en la esfera de la circulación, incrementando cada vez más su capital tanto bancario como industrial.[8]

Los trabajadores por nuestra parte debemos hacer un análisis de la actual crisis con un criterio de clase, esto quiere decir, un análisis científico del funcionamiento de la economía capitalista, y para esto nos debemos apoyar en el marxismo, única ciencia que descubre las leyes que rigen el funcionamiento de la economía capitalista:[9] Ese análisis de clase nos lleva a interpretar la actitud  de políticos de la burguesía  colombiana, como German Vargas Lleras, quien sin ningún desparpajo  propone reducir salarios y no pagar primas de junio y diciembre,[10] o el ex ministro de hacienda Juan Carlos Echeverry, quien plantea tomar los recursos del banco de la república de manera excepcional para financiar a las empresas y que estas reactiven la producción, recursos que serán pagados por los trabajadores, a través de las medidas que ya implementa  el gobiernos burgués de Duque,   o la propuesta reciente del ministro de hacienda Alberto Carrasquilla, de una nueva reforma tributaria, suavizada políticamente por el presidente con la afirmación de que por el momento no es oportuna, pero los trabajadores debemos saber que en el momento que lo necesiten la implementarán y los costos de la misma caerán sobre nuestras espaldas.

Con estas medidas el gobierno busca proteger los intereses de los grandes capitalistas, quienes frente a la actual crisis salieron a mostrar su supuesta generosidad, aportando sumas mínimas que  no representan siquiera el uno por ciento de sus enormes riquezas acumuladas con la explotación de miles de trabajadores durante  años, y que esperan incrementar en corto tiempo con los ajustes que impone el gobierno, apoyado en los poderes que le da la declaración de emergencia económica, cumpliendo de esta manera su rol de administrador de los negocios de la burguesía.

Por lo tanto los trabajadores debemos prepararnos para la ofensiva que desde ya está tramando el gobierno burgués de Iván Duque. No debemos tragarnos el cuento que difunden por todos los medios de que todos somos víctimas “esto llegó por sorpresa y nos jodió a todos” porque van a venir por lo poco que nos queda como conquistas laborales. De hecho ya algunos analistas afirmar que lo que se está implementando es una reforma laboral contra los trabajadores. Es decir, como siempre en este sistema las crisis generadas por la burguesía la pagamos los trabajadores.

“Pero no solo esta crisis de salud amenaza al pueblo trabajador y su familia. La profundidad de la crisis económica que se avecina, significará nuevos y desastrosos planes de ajuste y más “paquetazos” contra el deteriorado nivel de vida del pueblo trabajador, que impondrán los imperialismos y las burguesías nacionales de la mano del FMI, lo que ahondará los niveles de explotación, miseria, las penurias, el hambre, el desempleo, la violencia y la degradación. Por esto, las organizaciones de los trabajadores y las masas debemos prepararnos para enfrentar esta dura arremetida…”[11]

LOS CAPITALISTAS, ÚNICOS RESPONSABLES DE LA CRISIS ECONÓMICA

Los virus, las bacterias y las enfermedades que han afectado a la humanidad son riesgos  que ésta enfrenta  en su evolución como especie. El desarrollo de la ciencia y de la técnica le ha permitido ir avanzando en el control de las mismas, pero las consecuencias  que se derivan de ellas  son responsabilidad absoluta de quienes tienen el poder. En el caso del sistema capitalista imperialista actual, toda la responsabilidad de esas consecuencias las tienen las clases burguesas que monopolizan los medios de producción y las fuerzas productivas, y como parte de ellos los desarrollos de la ciencia y de la técnica para convertirlos en negocios rentables, es decir esa minoría de multimillonarios que se adueñaron del mundo. Todos los desarrollos científicos y tecnológicos son acaparados por ellos y no benefician a toda la humanidad, pues al convertirlos en negocios, en mercancías, solo llegan a quienes pueden pagarlos. Esto explica por qué la mayoría de personas infectadas y fallecidas sean los más pobres, quienes deben exponerse a todo tipo de riesgos para poder sobrevivir, es decir se sigue ratificando lo denunciado por Marx en el capital, que la gran tragedia de este sistema es que la producción es social pero la apropiación es privada, y la dinámica de la economía está amarrada al apetito de ganancias que tengan los capitalistas, negando a las masas trabajadoras y empobrecidas la posibilidad de acceder a esos beneficios.

El capitalismo es un sistema tan criminal, tan inhumano, tan injusto que cuanto más progresa la técnica haciendo que todo el mundo trabaje cada vez menos y viva cada vez mejor, la clase burguesa a quien lo único que le interesa es la ganancia, vuelve esos progresos en contra del ser humano que produce, contra el obrero al que deja en la desocupación y en la miseria en las crisis que ella misma provoca”[12]

Una realidad diferente se daría  si la economía estuviese destinada a solucionar y satisfacer las necesidades de toda la sociedad, es decir a un crecimiento y desarrollo colectivo, una sociedad socialista democrática, y no el sistema capitalista en el cual la dinámica de la economía está destinada a incrementar el capital que posee una  minoría que cuando ven bajar sus ganancias retiran su capital, cierra las empresas y mete a toda la humanidad en crisis, sumiendo en la pobreza y la miseria a la gran mayoría de la población.

LA CRISIS Y LA LUCHA DE CLASES

Una  sociedad donde los productores sean los reales beneficiados de la riqueza que producen, es  posible solo si los trabajadores  y sectores populares luchamos contra el capitalismo para arrebatarles las garantías económicas y sociales a que tenemos derecho, hasta arrebatarles el poder político y económico y planear la economía en beneficio de toda la sociedad y no de unos pocos privilegiados. Es el método de lucha que venían implementado los chalecos amarillos en Francia, los trabajadores y el pueblo chileno, el pueblo de Hong Kong, el pueblo colombiano y ecuatoriano, método que con algunas variables propias de la coyuntura han implementado algunos sectores de  trabajadores en Italia, España o en Buenaventura Colombia

Los dirigentes de las centrales obreras y de los sindicatos  tienen la responsabilidad de organizar la lucha de forma democrática para que los trabajadores decidamos los mecanismos de lucha para detener y derrotar las reaccionarias medidas de la burguesía y su gobierno, en asambleas que deberían discutir entre otras, las siguientes exigencias:

  • Impuesto progresivo al patrimonio y a las ganancias de los grandes capitalistas.
  • ¡Plenas garantías laborales y sociales para los trabajadores. Ningún despido laboral y reintegro inmediato de quienes hayan sido despedidos, argumentando la pandemia!
  • ¡Pago mensual de un salario mínimo a cargo del Estado para los desempleados y los trabajadores informales!
  • ¡Pago de los salarios atrasados al personal de la salud!
  • ¡Ningún salvataje a Bancos, grandes compañías áreas, grandes empresas o trasnacionales!
  • NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA (que esos recursos se destinen al pago de salarios de los trabajadores para mantener su empleo o similares)
  • ESCALA MOVIL DE HORAS DE TRABAJO, sin rebaja de salarios. (Repartir las horas de trabajo entre los trabajadores para no despedir ninguno).

Las anteriores y otras, son tareas urgentes que el momento exige. Constituyen un reto para las direcciones de las organizaciones de los trabajadores y las masas. Son demandas que solo se conquistarán con la lucha y la paralización de labores en fábricas y centros de trabajo.


[1] Revista semana EDICIÓN n. 1984, 10 al 17 de mayo de 2020

[2] Revista semana EDICIÓN n. 1984, 10 al 17 de mayo de 2020

[3] Declaración Covid-19

[4] Noticias ONU, 21 de abril de 2020

[5]Declaración Covid-19, Opción Marxista Internacional, abril de 2020

[6] Revista semana n, 1984, 10 al 17 de mayo

[7] Una cosa debe quedar clara, en todos los siguientes análisis   los datos estadísticos presentados   deberán ser objeto de modificación permanente.

[8]los economistas burgueses entienden por economía el movimiento de objetos (mercancías), es decir, bienes físicos que se poseen, se compran y se venden”[8] Revista PANORAMA INTERNACIONAL No. 8, pág. 15

[9] : “…los marxistas cuando hablamos de economía capitalista, estamos tratando de estudiar y describir científicamente la conducta de clases y sectores de clase sociales de esta sociedad”, revista panorama internacional n. 8. CITO, página 15

[10] Periódico el tiempo, mayo 3 de 2020

[11] Declaración sobre el Covid-19, Opción Marxista Internacional

[12] Revista Panorama Internacional No. 8, pág. 26

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