10 de septiembre 2023
Este 11 de septiembre, se cumplen 50 años del sangriento golpe militar de Pinochet en Chile que derrocó al presidente Salvador Allende y aplastó militarmente la lucha obrera y de masas, inaugurando un régimen de terror. Ese fue el trágico final de la llamada “vía pacífica al socialismo” ensayada por la Unidad Popular, UP. Una coalición liderada por los partidos Comunista y Socialista, en alianza con pequeños partidos burgueses chilenos. El centro de su programa era que, no se necesitaba una revolución para lograr el socialismo. Bastaba con ganar las elecciones burguesas.

Hoy como homenaje a la valiente clase obrera chilena de la época y sus masas trabajadoras, publicamos la entrevista al dirigente trotskista peruano Hugo Blanco, recientemente fallecido, y a otros dos revolucionarios -el argentino Eduardo Creus y el brasileño Jura- quienes para la fecha se encontraban en Chile, al igual que muchos luchadores latinoamericanos. La entrevista la publicó nuestra corriente histórica internacional. En ésta el lector encontrará una visión clara y honesta de lo sucedido y sus causas.

También lo hacemos, para ayudar a las nuevas generaciones a acercarse a un estudio serio de dicha experiencia, sacar las conclusiones de esa derrota y las lecciones de lucha que permitan evitar que se repita un cruento episodio como ese. Frente a quienes dicen, como Boric y Petro, que ese desastre se evitará por medio de elecciones y más «democracia» burguesa, de nuestra parte reafirmamos que la respuesta estuvo y estará en la acción independiente de la clase obrera, como sucedió «en los Cordones Industriales chilenos» como el de Vicuña Mackena «donde los obreros, sin plan, sin dirección, debatiéndose contra el sabotaje de sus partidos y direcciones, comenzaron a construir la alternativa revolucionaria frente al golpismo, pero también frente al gobierno de la UP. Maniatados y encapuchados por sus dirigentes, los obreros buscaron el camino».

Además, para contribuir a combatir la montaña de verdades a medias y mitos que el imperialismo, los capitalistas y sus medios de comunicación  esparcen sobre lo sucedido, pues la gran mayoría insiste en presentarlo como un enfrentamiento entre “democracia” burguesa y “dictadura”. Como si se tratara no de regímenes políticos contrarios, sino de formaciones económico sociales absolutamente antagónicas. En contravía de esta amarga experiencia y muchas otras, quieren mostrar esa democracia burguesa, sus instituciones y elecciones, como una «muralla» que tendría la virtud de detener eficazmente a los golpistas y fascistas.

Y, en otro plano, tambien queremos intervenir en el debate al interior de las filas de los luchadores para desentrañar las justificaciones con la cuales, desde los gobernantes en Cuba hasta los dirigentes de los partidos “comunistas” y del resto de agrupaciones reformistas de la “izquierda” parlamentaria, insisten en mostrar a la CIA, al imperialismo y a la derecha que encumbraron a Pinochet, como fuerzas malignas, absolutamente invencibles. Justificaciones mediante las cuales, además de generar escepticismo y desmoralización, ocultan su responsabilidad en lo sucedido debido a la política vacilante y de colaboración de clases practicada por la Unidad Popular, que abrió paso a esa tragedia chilena. Política que continuaron aplicando luego, para impedir que Pinochet fuera derrocado por la acción revolucionaria de masas y corriera la misma suerte que las dictaduras en Argentina, Perú o Uruguay, que fueron derrotadas en toda la línea. A cambio, socialistas y comunistas apoyaron el plebiscito diseñado por la dictadura y pactaron la «transición» trazada por el propio Pinochet y apoyada por el resto de los partidos de la burguesía chilena y el imperialismo, para que Pinochet no fuera ni derrotado, que no cayera abruptamente, se retirara tranquilamente y nunca fuera juzgado. Esa es la explicación de que la Constitución que también diseñó, siga en pié y que más del 30% de los chilenos, no sólo no condene el golpe militar sino que sigan reivindicando al dictador. Algo que no sucede en la Argentina, Perú o Uruguay, donde los dictaduras fueron barridas por la movilización de masas. La «sorpresa» hipócrita de estas organizaciones por la persistencia del pinochetismo, busca encubrir esa política, que apostó al pacto con el dictador como la mejor salida, a cuenta de la impunidad y dolor de las víctimas y sus familiares.

Ese ocultamiento de las causas del golpe gorila en Chile, les ha permitido persistir en el mismo proyecto político, limitado a la disputa electoral, nada más que presentado bajo distintos rótulos –Socialismo del siglo XXI; gobiernos democráticos y progresistas; gobiernos anti neoliberales; nuevas constituciones, gobiernos de la vida y de la paz, etc.- por medio de la cual siguen conduciendo la lucha obrera y popular y los anhelos de cambio, al callejón sin salida de gobiernos similares al de la UP chilena: gobiernos en coalición y colaboración con partidos y sectores burgueses, supuestamente “democráticos” o “progresistas” y prometiendo «humanizar» este sistema explotador y opresor, por medio de tibias reformas. Claro que hoy hacen una diferencia: antes hablaban de la «via electoral al socialismo». Hoy, al contrario, cuando ganan las elecciones, como  Petro en Colombia, proclaman que gobernarán para …«desarrollar el capitalismo».

Actualmente, los resultados están a la vista en la trágica suerte del proletariado y las masas trabajadoras del propio Chile, de Venezuela, Ecuador, Perú o Argentina, donde los capitalistas siguen llenando sus bolsillos a cuenta del trabajo ajeno, del hambre, la miseria y demás penalidades a que nos condena este sistema capitalista. Y de paso, desprestigiando las banderas de la lucha, de la revolución y del socialismo obrero e internacionalista.

A continuación, la entrevista:


El golpe gorila y el imperialismo

Méjico, septiembre de 1973

Entrevista con Hugo Blanco. Lo acompañan Creus y Jura

¿Cuándo comienza la represión?

La represión tendiente al desarme y a la inmovilización del pueblo, realmente empezó antes del golpe. Se dirigió a las fábricas, poblaciones, centros conocidos de izquierda, como la Universidad Técnica y también al descabezamiento de los partidos… Fueron allanadas industrias, por ejemplo, una industria eléctrica en Arica y también en Santiago; esto pudo llevarse a cabo gracias a la ley de control de armas (ley que fue aprobada en el congreso con la abstención de la Unidad Popular y que no fue vetada por Allende).

En el sur se allanó Lanera Austral, una fábrica donde se mató a un obrero. También hubo represión sobre los campesinos por haberse manifestado en contra del intento de golpe del 29 de junio. A esos campesinos se los colgó de helicópteros, después se los arrastró por el suelo y fueron torturados en presencia de sus familiares. Los marinos que se manifestaron contra el golpe, también fueron torturados y metidos presos. Todo esto, es lo que se vivió antes del 11 de septiembre. En Santiago allanaron las fabricas Cobre Cerrillos (en el cordón Cerrillos) y la fábrica Sumar (en el cordón Vicuña Mackenna).  A tres días de suceder esto, se dio el golpe de estado. Todos esos allanamientos en industrias tenían intención de desarmar al pueblo y también de apresar a los elementos de vanguardia. Así se inició una represión selectiva, con la pasividad de Allende y la dirección de la Unidad Popular. Eso servía también para que la derecha, los golpistas, tantearan cuál era la fuerza del movimiento obrero, y en qué grado se podía dar la resistencia.

La forma como fue arrasada La Moneda y Tomás Moro son la mejor muestra de cómo actuó la represión. Entre los lugares más abatidos se encuentran el Instituto Pedagógico, que también fue arrasado. La UP no ordenó a los trabajadores que tomaran las fábricas. Solo llamo a hacer guardia, incluso en aquellas en que se seguía trabajando para los patrones, para compañías imperialistas. Los obreros, después de estar trabajando agotadoramente todo el día, cumpliendo el mandato de la UP de producir más y más en la batalla de la producción, tenían que quedarse a la noche montando guardia. Indudablemente, la que respondía a este llamado era la vanguardia.

A partir del 11 de septiembre, la represión se dirigió a los mandos medios. La CUT fue disuelta. Se despidió, arrestó y asesinó a los activistas fabriles. Se cerraron las universidades, por ejemplo, la de Concepción y además, se invalidaron los diplomas concedidos a los estudiantes de esa universidad. En la Universidad Técnica del Estado el día del golpe, fueron asesinadas alrededor de 600 personas que estaban adentro. Hay noticias de que cada cuarto de hora se crema un cadáver en Santiago. Son muchos los que vieron muertos en el Mapocho y en las calles el primer día. También, hubo asesinatos de gente que hacía cola para el pan o para cualquier cosa y que, cuando contestaban algo a las provocaciones de los Carabineros, éstos les pegaban culetazos; a veces disparaban contra ellos y los asesinaban.

En una ocasión, a uno que estaba en la cola un carabinero empezó a agarrarlo a culetazos, algunas personas que se acercaron le dijeron que no debía hacerlo. Los carabineros los mataron. Hay varios testigos que vieron que los soldados y los carabineros estaban dopados. Es indudable que para ejecutar este tipo de represión que ya sobrepasa la capacidad de un hombre normal, tienen que dopar a los soldados.

REUTERS / STRINGER .

Las prisiones actuales son los campos de fútbol. En el estadio Nacional de Santiago, en Concepción y también en estadios regionales. En Rancagua, en Antofagasta, hay muchos detenidos. En Valparaíso el navío Maipú partió con muchos de ellos y no se sabe a dónde fue. También, hay presos en la isla Quiriquina. Los prisioneros están a disposición de tribunales de guerra, solo en Valparaíso funcionan diez. Hay muchos fusilamientos y muchas amenazas, e incluso por los organismos de publicidad de la Junta. Por ejemplo, para los trabajadores de la Salud se dio a publicidad la orden de que no debían hacer reuniones y la amenaza de que cualquier sabotaje de obra o de palabra será castigado con la muerte. La represión, aunque ya se había iniciado antes del golpe, adquirió gran fuerza durante su transcurso. Había una orden de que a las tres de la tarde del día martes todos debían estar en sus casas. Naturalmente, mucha gente no pudo llegar, porque el transporte urbano, que ya era deficiente, después del golpe se convirtió en nulo; la gente tenía que irse a pie; por ejemplo, yo tuve que caminar más de 35 cuadras para llegar a mi casa antes del toque de queda, que al día siguiente se prolongó durante toda la jornada; recién se levantó el jueves a las doce del día. Todo este tiempo en que la gente no podía salir de sus casas, fue utilizado para la represión masiva, brutal, casi indiscriminada; mataban a cualquiera, allanaban las casas por acusación de algún derechista, por alguna denuncia; agarraban a culatazos a la gente; mataban o torturaban  en presencia de los niños, de los familiares; a muchos se los llevaban, seguían torturando, destrozaron todo lo que encontraron y también saquearon, robaron dinero, relojes, objetos de valor, y hasta pasta dental que por la carencia de abastecimiento, era un objeto de valor,. Objetivamente, ese fue el método al que recurrió el golpismo para entusiasmar a la tropa y a los soldados encargados de la represión; darles el aliciente del “botín de guerra”; es decir, que todo lo que encontraran se lo llevaran para ellos. Los libros, la literatura marxista, afiches o banderitas cubanas, eran utilizadas como “pruebas” de terrorismo.

Hubo grandes quemas de libros en las calles (eso lo publican los periódicos) y se prohibió a las librerías que vendan libros marxistas o considerados revolucionarios por la Junta. La Editorial Quimantú, que publicaba libros de izquierda, no solo fue allanada. Se disparó contra ella y se la destrozó. La Junta sacó un decreto que no permite usar más a la editorial para publicaciones políticas; se harán solamente publicaciones “culturales” como Selecciones… Las minas fueron militarizadas. Entre las poblaciones atacadas están La Legua, La Hermida y Nueva Habana. Se reprimió en forma indiscriminada a la población civil. También, fábricas como Suma, que fue nuevamente arrasada, Elecmetal, En Vicuña, Mackenna, Cristalería Chile, Textil Progreso, Hirmas (tambien en Vicuña, Mackenna). En Cerrillos, Cobre Cerrillos, Perlak y otras fábricas.

Si tomamos en cuenta que en Valparaíso solamente existen diez tribunales militares ya se puede calcular la cantidad de gente que se está fusilando. Pero además de los así sentenciados, debemos tomar en cuenta todos los que son fusilados sin siquiera un juicio sumario. A mucha gente se la toma presa y se la mata inmediatamente, a otros al día siguiente o cuando se les ocurre. Han confesado que hay gente para la cual ni siquiera se requiere un tribunal militar para fusilarla. También se da el caso de que muchos son fusilados con la explicación de que querían jugarse. En gran parte eso es una ingenuidad porque de un cuartel o de una comisaría, en esos momentos de tremenda movilización militar, es imposible que alguien pueda jugarse.  Hubo varios casos en que detenían a gente considerada de izquierda y les conceden la libertad durante el toque de queda con el objeto de que, al salir a la calle, cualquier patrulla militar la asesine.

¿Cuál fue el grado de resistencia al golpe? ¿Hubo alguna respuesta organizada?

No hubo ninguna resistencia organizada precisamente porque, como habíamos señalado, la represión contra la vanguardia obrera en las fábricas fue violenta y también, lo fue contra las direcciones de los partidos. Indudablemente la clase tenía ganas de luchar, pero ante la ausencia de una organización revolucionaria, no se organizó la resistencia. Hubo si francotiradores, grupos que se parapetaron en el Pedagógico o en otros lugares, y en las fábricas, pero que fueron horriblemente masacrados.  También hay que volver a señalar que en la Universidad Técnica hubo resistencia, igual que en la UNECTAD; éstas también terminaron en masacres.

Entre la tropa había más descontento que disensión contra los oficiales golpistas. Gente perteneciente al sector popular que se identificaba con el proletariado, y que hubiera podido ser de gran utilidad en el caso de existir una organización apropiada para canalizar todo esto, solamente pudo manifestarse en forma atomizada, desorganizada, y terminaron también asesinados. Se habla de un carabinero que mató al teniente y al capitán y llamó a los otros carabineros a seguirlo, pero éstos no se animaron y fue asesinado. Casos como este es probable que se hayan repetido en muchas partes, pero en forma desorganizada. En cuanto a la época anterior al golpe, el caso de los marinos es un ejemplo en ese sentido. El grupo que denunció el complot de derecha fue reprimido por los golpistas, con la aprobación del gobierno, primero con su silencio, posteriormente en forma explícita.

¿Qué sucedió con los extranjeros?

Esto que me preguntan, es un aspecto muy importante que quería señalar con respecto a la represión. Actualmente hay en Chile un delito que puede provocar la muerte: el de ser extranjero y especialmente latinoamericano. Es indudable que esto no está dirigido solamente por la burguesía y el golpismo chileno, ya que al gobierno chileno no le afectaron mucho los extranjeros porque no participaban en la política interna. Es por la acción del imperialismo, a través de una acción represiva orientada por la CIA, que Chile se convirtió en una ratonera. Por ser un país que había abierto sus puertas a los exiliados políticos de otros países latinoamericanos, tenía muchos refugiados.

Reunión entre Henry Kissinger y Augusto Pinochet, después del golpe de estado contra Allende.

La letra de su himno nacional dice: “Chile será, o tumba de los libres o asilo contra la opresión”. Se está cumpliendo. Fue asilo contra la opresión y ahora es tumba de los libres. En Chile estaban concentrados muchos revolucionarios latinoamericanos, fundamentalmente brasileños, argentinos, bolivianos, uruguayos, dominicanos, venezolanos y de otros países de Centro América. Al imperialismo se le presentó la magnífica oportunidad de liquidar de conjunto a toda esa vanguardia, lavándose las manos, ya que ahora, aparece la Junta Militar chilena como la culpable haciéndoles “el trabajito”. Nosotros debemos ver en esto una acción internacional de la burguesía encabezada por el imperialismo. Para un extranjero es muy difícil esconderse o pasar desapercibido. Se está haciendo una propaganda furibunda contra ellos, repartiendo volantes en helicópteros por todo el país y a cada momento se escucha en la radio: “chileno, denuncia a los extranjeros que han venido a matar chilenos”. De modo que muchos derechistas que tienen antipatía por algún extranjero, sea o no revolucionario, solo tiene que denunciarlo a la comisaría más cercana, para que sea arrestado o asesinado. Los gobiernos de Brasil y Uruguay apoyaron a la Junta en ese sentido, afirmando que los revolucionarios de Brasil y Uruguay fueron a Chile a hacer terrorismo. Con esto dan carta blanca a la Junta para que asesine a los compañeros uruguayos y brasileños.

¿Cómo saliste de Chile?

A pocos días del golpe, inmediatamente después de que se levantó el estado de sitio, tuve que refugiarme fuera de mi domicilio; posteriormente en la Embajada Sueca; después en la residencia del embajador mejicano, por ultimo llegamos aquí. Hasta ahora, que yo sepa se dio visa a los extranjeros que estaban asilados en la embajada de Méjico, pero se les ha negado a muchos chilenos. Hay familias que se asilaron en la residencia del embajador y se les negó el permiso para salir de Chile. De algunos, solo dejaron salir una parte. Tenemos por ejemplo el caso de Alejandro Chelen Rojas, cuyo delito fue editar muchos libros en la Editorial Quimantú. A él no le quisieron dar la visa, pero si se la dieron a su señora, su nuera y su nieto, que están acá en Méjico.

Hay que destacar el comportamiento de la embajada mejicana y de Méjico que está dando asilo en la medida de lo posible. Por supuesto, no es fácil entrar a las embajadas, ya que están rodeadas y vigiladas por la policía y por los carabineros. Lógicamente, ahora no se puede mencionar cómo se hace para lograrlo por razones obvias. El día anterior al viaje, delante nuestro capturaron a tres personas que trataban de refugiarse en la residencia del embajador de Méjico. Hasta ahora, este país envió tres aviones para el transporte de los refugiados; hay que señalarlo. También otros, como Venezuela y Colombia ofrecieron ayuda. Desgraciadamente hay embajadas europeas que no pueden hacerlo porque no existen tratados previos de asilo. Sin embargo, hay mucha gente que salvo su vida refugiándose en alguna delegación europea. En este sentido, una de las que demostró mayor sentimiento humanitario en la medida en que lo permiten las limitaciones diplomáticas fue la de Suecia. Una manifestación de esto, es que se hizo cargo de la embajada cubana el mismo día del golpe y así salvaron la vida de muchos funcionarios que trabajaban allí.

Yo creo que el caso de los extranjeros que están en Chile es un problema grave que debe ser contestado por todos los organismos, no solo de izquierda sino por todos aquellos que defienden los derechos humanos.

La persecución es parecida a la que hacían los nazis contra los judíos. Y hace algún tiempo que no se veía eso en el mundo.

Con respecto a los brasileños, hay que señalar que muchos no han participado nunca en el movimiento revolucionario, solo estaban estudiando en la universidad. El hecho es que tienen que escapar igual, aunque no sean revolucionarios, porque ser brasileño es de por sí, un terrible delito. Pero no pueden regresar a Brasil, porque allá a quien regrese de Chile en estas condiciones, ya lo consideran un delincuente político.

¿Qué se puede hacer para ayudar al pueblo chileno contra la represión?

Es necesario realizar una movilización a escala mundial para frenar la mano asesina de los militares chilenos. En primer lugar, parar los asesinatos (que se cometen muchos por día); lograr que los presos sean tratados en forma humana; lograr la anulación de los tribunales militares. Las manifestaciones que se hicieron en varias partes del mundo los días inmediatamente posteriores al golpe, se reflejaron en cierta medida en Chile porque después de la masacre inicial hubo cierto freno por parte de la Junta, debido al repudio de varios países. Por lo tanto, considero que debe continuar la movilización en apoyo al pueblo chileno para salvar muchas vidas.

Cuando yo hablo del caso de los extranjeros, no se debe entender que esto es lo fundamental. Indudablemente, lo fundamental es luchar contra la represión que está sufriendo el propio pueblo chileno. Aunque el problema más agudo es el de los extranjeros, también hay que señalar que se reprime a la vanguardia obrera y a los partidos políticos de izquierda. Otra cosa en que es necesario insistir, es que el gobierno chileno de salvoconducto a todos los exilados chilenos porque Chile firmo los tratados de asilo político y negar el salvoconducto a un solo asilado, ya significa el incumplimiento del tratado. Además, que dejen de vigilar las embajadas de los diferentes países latinoamericanos, como lo hacen ahora. Hay que insistir para que a los extranjeros se los deje salir al país que elijan, no devolverlos a su lugar de origen. Y esto porque, por ejemplo, mandar algún brasileño a Brasil es, en vez de asesinarlo en Chile hacerlo en Brasil. Por lo tanto, los organismos que velan por los derechos humanos deben ocuparse de este problema que a los extranjeros se los deje salir de Chile, y que se los mande a cualquier otro país donde no corran peligro. ¡Es tan feroz la represión en Chile, que hay compañeros brasileños, que huyeron de la represión en su país y que ahora tuvieron que refugiarse en su propia embajada!… Seguramente prefieren morir en Brasil antes que, en Chile, ante el terror que ha desatado la Junta Militar.

Al hablar sobre la represión a los partidos también me refiero a las direcciones de la Unidad Popular. Esto es extensivo para toda la izquierda; no solamente a las direcciones de la UP. Cuando hablo de la forma y de las cosas por las que se debe luchar en apoyo a los que están siendo reprimidos en Chile, yo creo que ahí hay que señalar como cosa concreta algo que sale en los diarios de hoy, 29 de septiembre, que dice esto: “El representante regional de la Comisión de Refugiados de las Naciones Unidas que llegó recientemente aquí (Santiago) se lanzó de inmediato en búsqueda de un local suficientemente grande para albergar bajo la bandera de la ONU a los refugiados perseguidos por las nuevas autoridades chilenas”.

¿Cuál fue la política del Partido Comunista, del Partido Socialista y de Allende en lo que ellos llamaban “vía chilena” al socialismo?

En Chile en ningún momento dejo de haber lucha de clases. Por una parte, la clase trabajadora tomaba fábricas, el campesinado ocupaba tierra sin pedir permiso a la UP y por la otra, la derecha siempre atacaba a la clase trabajadora y al gobierno. Las bandas fascistas cometían atentados en forma permanente desde mucho tiempo atrás. La derecha presionaba al gobierno para que, por intermedio de los carabineros, reprimiera a los trabajadores que querían hacer avanzar el proceso. Por ejemplo, cuando los trabajadores tomaban fábricas, el mismo Allende, varias veces las hizo desalojar. En otros casos se reprimía a los pobladores que impulsaban la distribución directa del abastecimiento. Últimamente creció la acción represiva de la derecha y al hablar de la represión, cité los allanamientos que se produjeron cuando Allende todavía estaba en el poder. Había allanamientos en las poblaciones y en las fábricas. En todo este proceso el rol del Partido Comunista y del Partido Socialista fue el de freno de la movilización popular que impulsaba o tomaba medidas que pudieran hacer avanzar el proceso. El PS y el PC se preocuparon por desmovilizar a los trabajadores, por frenarlos y no por impulsar las luchas que espontáneamente daban. Como ejemplos, dentro de ese rol frenador del PC y del PS está el dialogo con la derecha y la campaña por la producción (al trabajador se le decía que su obligación era trabajar más, incluso en las fábricas que estaban en manos del imperialismo, en vez de organizarse contra la reacción).

Creus: En Chile se daba la paradoja que mientras las masas estaban y los siguieron estando hasta el último momento, a la ofensiva, permanentemente se veían frenadas por sus direcciones reformistas y el propio Allende. Y solo eran movilizadas por esas direcciones en actitudes defensivas. Es decir, a pesar de que las masas estaban completamente dispuestas a ir a la ofensiva, no lo podían hacer por esas direcciones que solo atinaban a defenderse, como en el caso de las permanentes acciones de la derecha a partir de junio… Mientras que la clase veía la necesidad de armarse pese al freno reformista y planteaba la organización de los comités de defensa, el gobierno (Allende mismo) planteaba que, en ningún caso, jamás, podrían existir fuerzas paralelas, que las únicas fuerzas armadas eran las institucionalizadas.

Salvador Allende

Jura: Sobre la vía pacífica y sobre el rol de los partidos Socialista y Comunista, es importante resaltar el último período, principalmente el que se abre en octubre del año pasado. ¿Qué significa octubre? ¿Cómo lo caracterizábamos nosotros? Las luchas de la clase obrera durante el periodo de Allende tuvieron su punto máximo en octubre, es decir, todo el período de la ocupación de fábricas, y fundos, cuando se expropiaron la gran mayoría de los latifundios. Prácticamente se extinguió allí, cuando los sectores populares tomaron en sus manos la distribución directa. Evidentemente, la UP, los partidos Socialista y Comunista trataron de frenar esto al intentar dar formas jurídicas, legales a toda esa movilización. A partir de octubre se entró en un cierto reflujo. Interpretamos eso, como que las luchas de la clase obrera ya habían alcanzado su punto máximo. A partir de ahí, sin una dirección, sin un partido que las orientara para romper con el papel frenador de los partidos Comunista y Socialista, era difícil que pasaran a una nueva fase de ascenso. Es claro que, la lucha pasa a ser defensiva. Aquí aprovecha la derecha y lanza una ofensiva global. En el último periodo, los gremios patronales estaban todos movilizados: huelga de los transportistas, del comercio, de los médicos, de los ingenieros; la región sur pasó un mes paralizada. Los partidos de oposición (Demócrata Cristiana y Partido Nacional) lanzan todos los frenos posibles a los proyectos de la Unidad Popular, y ese proceso culmina cuando declaran en el parlamento que el gobierno de Allende constantemente había caído en la ilegalidad y transgredido la constitución. “Patria y Libertad” se lanza al terrorismo llegando a cifras de 200 a 300 atentados por semana. Dando su apoyo y una dirección a todo ese movimiento estaban los militares con sus allanamientos. En fin, cuando los militares empiezan con los allanamientos en las industrias electrónicas en el norte, llegan a Santiago, van al sur, después vuelven a Santiago, a los centros más combativos de la clase obrera, nosotros ya interpretábamos que esa dinámica desembocaría necesariamente en un golpe militar.

La UP, ante esos acontecimientos, esa lucha de clases feroz y agresiva, esos allanamientos, interpretaba que el ejército cumplía su papel profesional, obediente, de acatamiento a la ley.

A esta capitulación, la UP agrega la de incluir militares en dos gabinetes.

¿Había disensiones dentro del Partido Comunista y el Partido Socialista?

En el PC lo único que se notó fueron disensiones individuales de gente que salía de la línea o del partido por su rol frenador. En cuanto al PS, había corrientes de izquierda en uno u otro grado, pero que al final capitularon ante sus direcciones, haciéndoles el servicio a las direcciones reformistas: contener dentro del partido a la gente descontenta, a la vanguardia obrera, con la ilusión, de que mediante la izquierda se podía imprimir una política revolucionaria. En última instancia, para lo único que sirvieron fue para frenar a la clase obrera y mantenerla bajo la dirección reformista.

Las publicaciones del Partido Comunista acusan a la izquierda revolucionaria de haber provocado el golpe por apresurarse en impulsar las nacionalizaciones, el control obrero y medidas de tipo socialista. ¿Cuál es tu opinión?

Precisamente los que provocaron el golpe no son los izquierdistas que propugnaban el avance de la clase obrera. Lo único que podría haberlo detenido y frustrado era el avance de la lucha de la clase trabajadora hacia más nacionalizaciones, más control y medidas que fortalecieran el poder obrero, tanto en la producción y en la distribución, como también en el armamento del proletariado. Esas medidas, así como el aliento a los soldados a resistirse al golpismo, era lo único que podría haber impedido el golpe. La dirección de la UP frenaba esto, en lugar de impulsarlo y hasta ayudaba a la represión. No es la izquierda revolucionaria la que provoco el golpe sino precisamente las direcciones reformistas, fundamentalmente la dirección del PC, y por supuesto la del PS.

Se ha dicho mucho en la prensa sobre el número relativamente grande de chilenos de clase media que se oponían a Allende y que apoyaban el golpe. ¿Qué podía hacer una dirección de la clase obrera para neutralizar o ganar a ese sector del pueblo?

Es indudable que el descontento de la clase media ante el gobierno de la UP crecía ante la falta de pan, de aceite, de azúcar. Faltaban muchas cosas y había que hacer largas colas para conseguirlas. Las medidas que hubiera tomado una dirección revolucionaria precisamente eran las de hacer avanzar el proceso, es decir, que toda la producción y toda la distribución estuvieran en manos de los trabajadores. Esto hubiera eliminado el mercado negro, el acaparamiento y la carencia de todos estos artículos, que estaban en manos de los especuladores protegidos por el gobierno. Especuladores derechistas, especuladores antigobiernistas, pero protegidos por el gobierno. Inmediatamente después del golpe, el primer día que se abrieron los comercios, aparecieron muchos de los artículos que faltaban durante el periodo de Allende. La clase trabajadora, los pobladores y los obreros muchas veces intentaron allanar las cuevas de acaparamiento, pero el gobierno empleando a los carabineros lo impidió, inclusive por la fuerza. Surge con claridad la política del reformismo que permitió que la clase media poco a poco se vaya pasando a la derecha. Una dirección revolucionaria con actitudes decididas en contra de los capitalistas, tanto en el terreno de la producción como en el de la distribución hubiera sido capaz de arrastrar a la clase media consigo.

¿Cuál es el rol del ejército y de los grupos fascistas?

Soldados Chilenos quemando libros después del golpe.

Acá hay algo importante para destacar. Todo el mundo habla que eso es fascismo. Nosotros consideramos que esto no es fascismo. No queremos con esto atenuar su barbarie. Esta Junta, que es de los más bárbara no es fascista, no porque no quiera sino porque no puede. El fascismo significa represión de la clase obrera apoyándose en la clase media y en brigadas civiles (bandas fascistas que reprimen a la clase trabajadora). En Chile, antes del golpe, se han visto embriones de fascismo, pero solamente eso. Actualmente, la represión casi en su totalidad es llevada a cabo por el Ejército, por las Fuerzas Armadas. Si hay alguna represión en manos de grupos fascistas, nosotros no tenemos noticia. En general, el rol de los grupos derechistas se ve en las denuncias de los izquierdistas, en proporcionar ayuda material, camiones, automóviles, todo lo que la Junta necesita para la represión. Eso se nota, pero la represión misma, las masacres, están en manos del Ejército, es decir, de las Fuerzas Armadas.

 ¿Cuál es el sentimiento de los chilenos sobre el rol de los EE.UU. en el golpe?

Yo creo que el sentimiento de los chilenos, tanto los de izquierda como de derecha, es completamente claro. Todos ven en este golpe, el rol dirigente del imperialismo.

¿Cuál es la magnitud de la derrota?

Para nosotros es una derrota muy grande de la clase trabajadora y hemos señalado que la vanguardia está siendo barrida de las fábricas, los cordones y villas; las direcciones de los partidos, no solamente las altas direcciones sino direcciones intermedias, activistas de fábricas están siendo despedidos. La represión también abarca a estudiantes universitarios. Por lo tanto, consideramos que es una gran derrota de la cual va a ser difícil recuperarse.

Creus: Yo quisiera agregar que esta derrota tiene caracteres catastróficos porque se da en el marco de una serie de derrotas a escala latinoamericana. Por ejemplo, el golpe en Uruguay, Bolivia, Brasil, que fortalece a la reacción en el marco continental. Uno de los baluartes que queda aún en América Latina es Argentina; en la actual situación de retroceso de esta parte del continente el futuro de la clase obrera argentina significa una esperanza para una nueva alza del proletariado latinoamericano.

¿Cuál fue el rol de los trotskistas chilenos?

Hay que señalar que en Chile el trotskismo como posición política tenía una gran simpatía dentro de la izquierda. Pero, desgraciadamente, nosotros consideramos que la sección chilena de la IV Internacional, el PSR, no supo aprovechar eso. Los camaradas que dirigían la sección tenían una política fundamentalmente propagandística. No había penetración en el movimiento obrero. Y esa política los llevaba a capitular ante las direcciones reformistas. Una de las más graves fue no caracterizar al gobierno de Allende como burgués.

¿Cómo actuó el MIR?

Jura: En ningún momento se propuso disputar la dirección de las masas al reformismo y esa es la clave para hablar del MIR. En el período anterior a Allende era un grupo ultraizquierdista; su actividad era la de asaltar bancos, y la guerrilla urbana. Nunca se propuso disputar la dirección de las masas al reformismo, sino que criticaba a los partidos Comunista y Socialista, pero lanzándose hacia el vanguardismo. Después del triunfo electoral de Allende hay un cambio en la política del MIR; se da vuelta la moneda y de la ultraizquierda pasa a la sumisión a la política oportunista y acepta las directivas generales de la UP. Aunque no se vincula orgánicamente con ésta y mantienen su independencia orgánica, la política del MIR pasa a ser, en rasgos generales, la de la Unidad Popular. Si en la primera fase no se decidía a disputar las masas al reformismo, tampoco lo hace en la segunda, cuando Allende ya estaba en el poder. En ningún momento luchó para disputar, para dar una dirección revolucionaria de alternativa. Por ejemplo, había una contradicción. En vez de hacer una caracterización de la Unidad Popular como freno para las masas, mostraba que existía en la UP un sector revolucionario: le daba su apoyo al PS e incluso se vinculaba orgánicamente con la Unidad Popular, a través del mismo.

Ante las luchas obreras que se desencadenaban, el sector de Altamirano, los ultraizquierdistas y el MIR fueron la válvula de escape utilizada por Allende y los estalinistas.

Hugo Blanco: Algo más sobre el MIR. Con respecto a que no fue capaz de construir una vanguardia independiente de la clase obrera, hay que señalar que nominalmente tenía el Frente de Trabajadores Revolucionarios, impulsado por ellos, pero esto no era más que un apéndice suyo y adolecía de todos sus defectos. El MIR fue un movimiento esencialmente burocrático y el FTR también. Con estos métodos, además de su política equivocada, no era posible organizar una vanguardia del proletariado, independiente. Fundamentalmente la base social del MIR era: primero campesinos, después pobladores de las barriadas, de los barrios marginales, y casi nada, muy poco, dentro del movimiento obrero. Esto los llevaba en su política oportunista, a no dar impulso ni importancia a los Cordones Industriales, que eran la vanguardia obrera, sino a propugnar los comandos comunales, que agrupaban a poblaciones y a otros sectores dónde indudablemente habría quedado diluida la vanguardia obrera. En la práctica no existió ningún comando comunal como ellos lo mostraban, sino solamente embriones, pero ninguno verdaderamente constituido. Nosotros no estábamos en contra de los comandos comunales, pero creíamos que lo fundamental era fortalecer los Cordones.

En el MIR, junto a su oportunismo, también hay que señalar actitudes espontaneístas y aventureras. A veces planificaba una toma de calles o una toma de fábrica, de la noche a la mañana, sin una movilización previa, una previa concientización de la masa, sin discusión; y esto indudablemente llevaba al fracaso. También, en muchas ocasiones trataron de sustituir la acción de las masas por la de grupos propios. Por ejemplo, cuando se trataba de desalojar derechistas de alguna fábrica, ellos pretendían hacerlo con militantes suyos, reemplazando a los mismos trabajadores de la fábrica. A todo esto, hay que agregar que, en las elecciones, en las que ellos tenían suficiente fuerza como para lanzar candidatos propios, no lo hicieron, apoyando al candidato socialista (Altamirano) y ni siquiera en forma crítica.

Jura: Hay que resaltar en esa cuestión electoral que, antes de Allende, el MIR llamaba a no participar de las elecciones y posteriormente, en el régimen de la UP, si bien no participaba en forma independiente, apoyaba a los sectores altamiranistas del PS e incluso, en las últimas elecciones, a la Izquierda Cristiana, organización que tenia como doctrina el cristianismo y no el marxismo.

¿Allende se suicidó?

Yo pienso que sí, que Allende cometió un grave suicidio político con su política oportunista. Si él se mató o no se mató, no sé.

La Junta desato una campaña contra Allende, acusándolo de que estaba convirtiendo a Chile en un arsenal ¿Qué nos puedes decir?

Con respecto a las armas que fueron descubiertas en La Moneda y en Tomás Moro, existían sí, pero en forma burocrática. Había armas, pero no en manos de los obreros. El burocratismo de los partidos políticos de izquierda se manifestó también en este aspecto, es decir, que las armas estaban en manos de los dirigentes que escapaban, o eran matados, y, por supuesto, los arsenales no servían para nada. Aun en el caso, en que esos señores en ese momento hubieran querido armar al proletariado, al no existir una organización apropiada, eso era imposible.  Tal es el caso, del intendente de la provincia de Talca que pensó resistir con alguna gente, pero, indudablemente, al ser un grupo pequeño fue asesinado junto con sus compañeros. De nada ha servido que haya una cantidad apreciable de armas sino están en manos del proletariado y no había una organización apropiada para que los obreros se defendieran. Aparte de esto, en forma muy aislada, mínima, había obreros que tenían algunas armas, pero fundamentalmente su falta de organización después de la represión, aumentó a un nivel gigantesco.

¿Hubo signos de disensión en medio de las Fuerzas Armadas?

Bueno, acá se pueden ver contradicciones en el ejército burgués, entre sectores golpistas y sectores no golpistas. El no golpista, encabezado por Prats era débil y estas contradicciones podrían haber sido aprovechadas por el proletariado si hubiera contado con una dirección realmente revolucionaria. Cuando Prats le dijo a Allende que el único remedio era dar de baja a diez y seis generales golpistas y que él estaba dispuesto a eso, Allende le contestó que no había fuerza para hacerlo. Ante eso, Prats y otros no golpistas fueron obligados a renunciar. Estas son diferencias en los altos mandos del ejército. Otra cosa distinta es en la tropa. En la tropa indudablemente había elementos revolucionarios, había compañeros dispuestos a dar el combate junto con la clase trabajadora, pero la desorganización fue mayor que su disposición espontánea para resistir.

¿Qué perspectivas ves para la nueva dictadura militar?

Ahora vemos que hay un frente único de todos los sectores burgueses en contra de la clase trabajadora y en contra de los partidos de izquierda. Seguramente, cuando estén un poco estabilizados y no sea tan urgente ese frente único, van a comenzar a resurgir las diferencias en torno a los intereses que tienen los diversos sectores burgueses, nacionales, pro imperialistas o agentes directos del imperialismo.


[1] La tragedia chilena, recopilación de artículos, entrevistas y documentos, sobre lo sucedido en el Chile de la época. 1973

OPCIÓN MARXISTA INTERNACIONAL Y  DEMOCRACIA DIRECTA

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