Irene García  –  12/04/2024.

Los trabajadores de las organizaciones que brindan ayuda humanitaria en Gaza nuevamente fueron blanco de los  misiles del sionismo. En está ocasión se trató de personal extranjero.

Israel atacó deliberadamente con misiles tres vehículos que componían el convoy de la ONG World Central Kitchen (WCK), una organización no gubernamental humanitaria, dirigida por un chef español residente en EEUU, la cual distribuye comida en zonas en conflicto. Los vehículos estaban claramente identificados en los techos con el logo de la organización, que previamente habían informado al ejército sionista sobre la ruta que tomaría el convoy. Es decir, el ejército de ocupación y el gobierno de Netanyahu ejecutaron el operativo con conocimiento de causa.

Los medios señalaron que un primer misil alcanzó el carro que encabezaba el convoy. Los supervivientes del primer ataque se refugiaron en el siguiente vehículo, el cual segundos después fue atacado por otro misil. El tercer vehículo se acercó a socorrerlos fue impactado por un tercer misil.

Entre los siete trabajadores asesinados fueron los primeros trabajadores humanitarios extranjeros víctimas de un ataque israelí: tres británicos, una australiana, un polaco, un ciudadano de doble nacionalidad (estadounidense/canadiense) y un palestino. Y esas nacionalidades, establecieron la diferencia en el doble rasero que tienen los países capitalistas para valorar la vida.

Desde el  inicio de la ofensiva militar, Israel ha matado premeditadamente alrededor de 224 miembros del personal humanitario palestino que trabaja en la Franja.

El rechazo se amplió

Esta vez, el repudio a este ataque del sionismo no se hizo esperar. Casi todos los gobiernos de las potencias mundiales, patrocinadores del genocidio en curso, con Biden a la cabeza, reclamaron a Israel “moderación en su ofensiva”. 

EEUU, según medios de prensa, “amenazó por primera vez al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con condicionar el respaldo de la Casa Blanca a la protección de civiles en la Franja de Gaza, un drástico ultimátum del mandatario norteamericano”…“El presidente Biden enfatizó que los ataques a los trabajadores humanitarios y la situación humanitaria en general son inaceptables”, dijo la Casa Blanca, en un inusual áspero comunicado. [1]

Y, la ONU por medio de su relatora especial para Palestina, Francesca Albanese, escribió: «Conociendo cómo opera Israel, mi evaluación es que las fuerzas israelíes mataron intencionalmente a los trabajadores de WCK para que los donantes se retiraran y los civiles en Gaza puedan seguir muriendo de hambre en silencio».

Otra declaración “indignada” que  no pasa de ser un simple enunciado y se suma a las ya conocidas con que esa institución “dulcifica” los planteamientos de los gobiernos de las potencias. No obstante, esta vez la relatora se permitió aclarar el alcance de los reclamos “occidentales” al afirmar que Israel «sabe que los países occidentales y la mayoría de los países árabes no moverán un dedo por los palestinos».

Y, es así. A los capitalistas – imperialistas no les importa la vida de los palestinos. Las más de 34.000 víctimas del exterminio perpetrado por Israel en la más completa impunidad y con el pleno respaldo de sus aliados en el mundo, junto con más de 70.000 heridos y miles de huérfanos, lo testimonian.

¿Por qué el doble rasero de las potencias?

April 2, 2024. (Photo by Yasser Qudih/Xinhua)

Más allá de valorar el “trabajo valiente” que realiza el personal humanitario de otros países en Gaza, es importante preguntarse: ¿Por qué este asesinato produjo un inusitado y veloz rechazo? ¿Por qué  no se condena con igual vehemencia la masacre de más de 34.000 palestinos, la mayoría de ellos niños y mujeres?.

O el asesinato de cientos de médicos y trabajadores de la salud, de periodistas, docentes, trabajadores de diferentes ocupaciones? ¿Por qué no se censuró el disparar y masacrar a cientos de civiles  cuando recogian comida de los vehículos de ayuda humanitaria? o  la destrucción de todo el sistema de salud y educativo?, o los cortes de servicios esenciales como el agua y la electricidad? ¿Por qué los gobiernos no actúan e impiden que el sionismo use el hambre como arma de guerra? ¿Por qué no se reprueba el arrasamiento de la vida en Gaza, los asesinatos extrajudiciales y el expansionismo colonial en Cisjordania?

Las organizaciones humanitarias de su propio sistema, como Médicos sin Fronteras, denuncian y denuncian que los ataques a trabajadores humanitarios en medio de los bombardeos hacen que la asistencia vital sea casi imposible: Si la gente no muere por las bombas, sufre privación de alimentos y agua y muere por falta de atención médica. (Lisa Macheiner. Médicos sin fronteras. 28-02-2024)

¿Cuáles son las acciones que los gobernantes de estos países toman frente a estos hechos?Ninguna. No existe condena contra la deshumanización de los palestinos, o al asedio y al desplazamiento forzado de más de dos millones de palestinos acorralados y hacinados en Rafah.

La razón se sintetiza en que para los sionistas, los imperialistas y sus aliados, “todo palestino merece morir y todo muerto será llamado terrorista”,[2] porque respaldan plenamente la colonización y ocupación de Palestina y no hay ninguna incongruencia entre lo que hicieron en la conquista y colonización del mundo, con lo que hoy hace Israel a los palestinos.

El que en esta ocasión expresen alguna inconformidad, refleja el doble rasero que caracteriza a las potencias y sus gobiernos pues apoyan política, financiera y militarmente el genocidio y la  concepción racista de que los palestinos son “animales humanos” como dijera el extremista dirigente sionista[3].

Como crudo ejemplo de esa mentalidad, recientemente la BBC de Londres publicó entrevistas a colonos en Cisjordania, entre ellas a la dirigente sionista Daniella Weiss, quien afirmó que «organiza»la futura mudanza de sus seguidores a Gaza “preferentemente al área de una bella playa frente al Mediterráneo”. Y ante el argumento de los periodistas de que allí vivían palestinos, respondió: “El mundo es ancho, África es grande, el mundo absorberá al pueblo de Gaza, los buenos árabes no quieren vivir ahí”. No negó que lo que plantea sea una limpieza étnica“llámalo como quieras, limpieza o apartheid -dijo-, yo elijo la forma de proteger al Estado de Israel”.[4]

Netanyahu, Biden y demás gobiernos se re-acomodan

Por primera vez, de acuerdo a los medios de comunicación, Biden  dijo a su gran aliado israelí que los ataques a los trabajadores humanitarios y la situación humanitaria eran “inaceptables”. “Estoy indignado y afligido por la muerte ayer en Gaza de siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen, entre ellos un estadounidense. Estaban entregando alimentos a civiles hambrientos en medio de una guerra. Eran valientes y abnegados. Sus muertes son una tragedia”, se lee en la declaración de prensa de la Casa Blanca del 02 de abril de 2024.

Ante la irrefutable realidad y la presión de sus aliados, el gobierno israelí se vio forzado a reconocer públicamente su responsabilidad en el ataque: «Por desgracia, en el último día hubo un caso trágico en el que nuestras fuerzas alcanzaron de forma no intencionada a gente inocente en la Franja de Gaza», dijo Netanyahu.[5]

Haciendo gala de su cinismo característico, pretendió presentar este episodio, como “un simple error”. Y como cortina de humo se apresuró a anunciar el retiro de sus tropas terrestres en el sur de la franja de Gaza, justificando la decisión en que esas tropas necesitan “recuperarse” para prepararse de cara a “futuras operaciones”.

Por otro lado, aparentemente, Biden arrancó a Netanyahu concesiones mínimas, a las que hasta ahora Israel se había negado. Tal es la declaración sobre la apertura del paso fronterizo de Erez para la ayuda alimentaria o que los suministros humanitarios para la Franja se desembarquen en el puerto israelí de Ashdod[6].

La respuesta del reacomodo israelí y la de los gobiernos de las potencias se explica si se mira el crítico contexto interno e internacional, generado por el repudio al genocidio por parte de amplias franjas de las comunidades árabes e islámicas así como de la juventud y la izquierda que semana tras semana durante seis meses se han movilizado masiva y persistentemente en las principales capitales del mundo.

Estas protestas se combinan con la crítica situación internacional de conjunto –crisis económica con China y Alemania a la cabeza; dos años de empantanamiento de la guerra de rapiña en Ucrania; posible triunfo de Trump en EEUU; ataque de Israel a consulado de Irán con posibles respuestas escalando la guerra, etc., entre otros aspectos.

No hay pausa en la ofensiva

Sin embargo, la nueva agresión israelí, ha hecho aflorar una importante contradicción, en el respaldo incondicional que todos los gobiernos de las potencias del mundo han venido otorgando a Israel. Ya los hechos dirán qué tan pasajera es.

Si bien no se trata de un hecho político despreciable, algunos centran sus esperanzas en los reclamos indignados y en las masivas movilizaciones al interior de Israel, que exigen “que el premier a cargo de la guerra renuncie y anticipe elecciones. Lo demandan siete de cada diez israelíes según las encuestas”[7].

No obstante, si se mira con atención, la política que inspira tales protestas, señala sus límites al tratarse de contradicciones al interior del sionismo. “Esa enorme mayoría [que se opone a Netanyahu] coincide en que Hamas debe ser eliminado, pero no confía en el mandatario porque advierte que ha convertido al conflicto en una herramienta política de uso personal como le achacan desde la Casa Blanca”[8]

Como afirma un periodista italiano: “No se confunda nadie con los que protestan en estos días en Tel Aviv, que no piden paz y respeto para la vida de los palestinos o una solución al conflicto, sino simplemente un cambio de gobierno”.

Netanyahu en la ruta de apaciguar esa oposición interna, obligar a la población sionista a cerrar filas alrededor de su gobierno, tender una cortina de humo sobre el asesinato de los trabajadores humanitarios y revertir el distanciamiento con Biden y la UE, bombardeó el consulado de Irán en Damasco matando a altos mandos de la Guardia Revolucionaria.

El gobierno sionista se muestra dispuesto a no perder la iniciativa para sofocar las contradicciones que se han exacerbado dentro de las fuerzas políticas y al interior de la población israelí y sigue adelante con la limpieza étnica de los palestinos tras la falacia de combatir al terrorismo y a Hamás.

Por eso, las  lágrimas de cocodrilo de los gobiernos tienen límites al igual que las “disculpas” ofrecidas o la “autocrítica” de Netanyahu, que algunos podrían interpretar como una pausa o el cese de su ofensiva genocida contra los palestinos. El propio jefe sionista se encargó de disipar cualquier duda al respecto: «Ninguna fuerza en el mundo puede impedirnos invadir Rafah…Israel seguirá adelante…no hay fuerza en el mundo que nos detenga. Hay muchas fuerzas que están intentando hacerlo…” tras, anunciar que ya tiene la fecha.

© Reuters – Elizabeth Frantz

Por su parte Biden, el mismo día del ataque, anunció que seguirá armando a Israel y prometió un nuevo paquete de ayuda militar de 18.000 millones de dólares (aviones F-15, 2.800 bombas de distinto tipo y 25 aviones de combate F-35), facilitando su ofensiva contra Gaza y la Cisjordania ocupada.

Más allá de esas maniobras políticas, las estadísticas muestran la realidad: “más de 33.000 palestinos han muerto por ataques aéreos israelíes con bombas de fabricación estadounidense, bombardeos y ejecuciones sobre el terreno en Gaza y Cisjordania. Esta cifra no incluye a todos los “desaparecidos” bajo los escombros, asesinados a tiros en las calles o en sus casas por los soldados de ocupación, o enterrados bajo la arena por sus excavadoras.[9]

Avivar las protestas y acciones masivas contra el genocidio

Este repudiable y brutal ataque contra los trabajadores humanitarios hace parte del asedio genocida israelí con su política de borrar del mapa a los habitantes de Gaza por todos los medios, entre estos, la muerte por hambre, impidiendo la distribución de la ayuda humanitaria.

La condena en las calles a las atrocidades de Israel y las contradicciones que incuba el asesinato del personal humanitario extranjero, otorga a las organizaciones democráticas, sindicales y de izquierda, tanto en América Latina como en el mundo, una ocasión para ir más allá de las declaraciones e impulsar de forma unitaria, decidida y amplia, una campaña de marchas y acciones de rechazo al genocidio y en solidaridad con la causa de los palestinos.

Son las marchas multitudinarias en el mundo las que han generado las contradicciones en las alturas y  las que dan aliento a la causa palestina.

REUTERS – CLAUDIA GRECO

Es  fundamenal los pueblos, en particular los árabes y de mayoría musulmana, profundicen sus movilizaciones para obligar a sus gobiernos a apoyar la resistencia palestina con todo los medios a su alcance. Para imponerles romper relaciones diplomáticas y los acuerdos, económicos, comerciales, culturales, militares con Israel, al igual que la suspensión inmediata del envío de armas a ese estado terrorista.

Como bien afirma una periodista palestina en el artículo, “Los palestinos y el mundo no deben perder la esperanza”,[10] dirigiéndose a los miles que se movilizan en el mundo exigiendo el cese al fuego y en respaldo a la causa palestina:

            Comprendamos esto: lo que se interpone entre nuestra erradicación y nuestra supervivencia son                        ustedes, la comunidad global. Cuando Israel desató su fuerza genocida sobre nosotros, implicó al resto                del mundo.

           El genocidio de Israel es posible gracias al compromiso internacional. Utiliza armas proporcionadas por               gobiernos extranjeros y disfruta de impunidad garantizada por ellos para evitar rendir cuentas por sus                 crímenes.

          Reconozcamos esto: los palestinos aún no están enterrados, y aunque la destrucción es masiva, también            lo es el número de sobrevivientes con sueños que perseguir, milagros por presenciar y una fe en la                     humanidad por reavivar.

         En medio de toda la destrucción hay vida y los palestinos están librando una lucha formidable por ella.”[11]


[1] https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/en-un-tenso-llamado-con-netanyahu-tras-el-ataque-a-trabajadores-humanitarios-biden-condiciona-el-nid04042024/

[2] Samper Pizano, D. (2024, 7 de abril). Hay que parar a Netanyahu. Cambio Colombia. Recuperado de https://cambiocolombia.com/los-danieles/hay-que-parar-netanyahu

[3] «Estamos luchando contra animales humanos, y estamos actuando en consecuencia», dijo el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant.

[4]  CANTELMI MARCELO, Clarín, 05/04/2024. https://www.kiosco.clarin.com/article/281784223901961

[5] https://www.eltiempo.com/mundo/medio-oriente/netanyahu-admite-que-israel-mato-de-forma-no-ntencionada-a-trabajadores-de-ong-3329673

[6] https://elpais.com/internacional/2024-04-07/israel-retira-sus-tropas-terrestres-del-sur-de-gaza-cuando-se-cumplen-seis-meses-de-la-guerra.html

[7] Ídem.

[8] Ídem.

[9] Barghouti, M. (2024, 6 de abril). Palestinians and the world must not lose hope. Al Jazeera. Recuperado de https://www.aljazeera.com/opinions/2024/4/6/palestinians-and-the-world-must-not-lose-hope

[10] Idem.

[11] Idem.

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