Como un homenaje póstumo a los miles de palestinos asesinados en Gaza por el ejército de ocupación israelí, entre ellos el poeta y escritor Refaat Alereer, publicamos su poema “Si he de morir” (If I must died), y una reseña de quien deliberadamente fuera asesinado junto con su familia en un bombardeo “quirúrgico” a su vivienda el 8 de diciembre.

Adriana García – 06 enero 2024

Si he de morir (If I must die)

Por Refaat Alereer

Si he de morir,
tú has de vivir
para contar mi historia,
para vender mis cosas
y comprar un trozo de tela
y algunos hilos,
(hazla blanca con una cola larga)
para que un niño,
en algún lugar de Gaza,
mientras mira al cielo a los ojos
esperando a su padre
que partió entre las llamas
–sin despedirse de nadie,
ni siquiera de su propia carne,
ni siquiera de sí mismo–
vea la cometa,
la cometa que tú construiste,
volando allá en lo alto
y piense por un instante
que un ángel está allí
trayendo de vuelta el amor.
Si he de morir,
que mi muerte traiga esperanza,
que se convierta en leyenda.

Refaat Alereer fue un destacado poeta, escritor, profesor de literatura en la Universidad Islámica de Gaza y activista político. Conocido como “la voz de Gaza”, por ser una de las voces más activas de la causa palestina en la Franja. Se dedicó a divulgar las historias del asedio sistemático a los más de dos millones de gazatíes que viven y mueren bajo la invasión militar israelí. Fue cofundador del proyecto «We are not Numbers» (No somos Números), un proyecto de apoyo a jóvenes de Gaza para convertirse en escritores en inglés y así poder conectarse con el mundo para contar la realidad cotidiana de su territorio colonizado por el sionismo y transmitir la historia de Gaza. Escribió en inglés de acuerdo con sus propias palabras, «para romper las barreras físicas, intelectuales, académicas y culturales impuestas por la ocupación».

El periodista y escritor palestino Yousef M. Al Jamal, escribe en su artículo de despedida del poeta «Homenaje de un estudiante a Refaat Alareer, el querido cuentacuentos de Gaza»: «Refaat argumentó que para que los palestinos mantengan viva su memoria y su causa, tienen que seguir contando su versión de la historia. Si dejamos de contar historias, traicionamos a nuestros antepasados». [1]

Por eso, desde el inicio de la ofensiva genocida, Alereer diariamente recorrió kilómetros para acceder a internet y así documentar a través de la red X, el acontecer cotidiano en Gaza; para denunciar la campaña militar de eliminación masiva de los palestinos, la destrucción, el desplazamiento forzado, los ataques sistemáticos a sus viviendas, hospitales, escuelas, universidades, alcantarillados, redes eléctricas, mezquitas; para contar sobre la «impotencia y desesperación» de los padres y madres por no tener forma de protegerse a sí mismos o a sus hijos, de los persistentes ataques de la Entidad sionista. “Las brutalidades son indescriptibles” … “La realidad sobre el terreno es mucho más terrible que en las redes sociales. No merecemos esto” dijo en una entrevista a BBC.

Narró la angustia de vivir bajo los constantes bombardeos, sin agua, sin comida, y el dilema diario que viven en la Franja, sin un lugar seguro donde refugiarse: «Una imagen arquetípica de una discusión palestina, es el debate sobre si debemos quedarnos en una habitación, para que, si morimos, muramos juntos, o si debemos quedarnos en habitaciones separadas, para que al menos alguien pueda vivir». [2]

En entrevista con CNN, el reconocido activista, describió el trauma emocional y físico que sufren los palestinos y particularmente los niños bajo los bombardeos:

«Las cosas suelen empezar con un miedo absoluto los dos primeros días», dijo. «Esto se convierte más tarde en estupor, completa indiferencia, completa sumisión. Si quieres rezar, cortas porque hay bombardeos alrededor. Si quieres comer, dejas de comer porque hay bombardeos alrededor».

También, describió el sentido de comunidad, de unión y de solidaridad que se ha revivido entre los palestinos en medio de la devastación; unidos por la enorme tragedia y el sentir que pueden morir en cualquier momento.

Esta denuncia de Refaat Alereer se ha ampliado a través de otras voces de Gaza que describen el sufrimiento de sus habitantes producto de los bombardeos, a través de las cuales, podemos acercarnos un poco a su dolor, al padecimiento, a su angustia y trauma psicológico. Miles de niños muertos, otros heridos. Huérfanos, que pierden a su papá, su mamá, a sus hermanos.

Algunas de las historias publicadas en medios de comunicación:

“No puedo describir la destrucción. Familias enteras han sido borradas de los registros civiles. Los mataron bajo sus casas”, Me dice. “Gaza ha quedado completamente destruida. Tengan piedad de nosotros. Dice una mujer palestina.[3]

Igualmente, Hind Khoudary relata la terrible sobrevivencia en la Franja:

 “Estamos hambrientos. Estamos atrapados. Estamos bajo explosiones, disparos bombardeos, bombardeos de artillería, disparos de barcos. Todo, en todas partes, todo a la vez.  No tenemos acceso a agua, ni siquiera agua sucia, electricidad, alimentos, nada.La gente está tensa, frágil y con frío. No tienen ropa de invierno; cuando evacuaron, no tuvieron tiempo de llevarse ninguna de sus ropas, pertenencias, cosas queridas. Yo también. Cuando salí de casa, salí como si fuera a trabajar y a volver. Al final, nunca volví. Todo es desgarrador y abrumador. Todos estos bebés, niños y cuerpos sin vida…”[4]

No quería irme del norte porque allí está mi casa, mis cosas, mi vida. Tengo niñas muy pequeñas y no puedo llevarlas a las tres en brazos, pero el ejército israelí bombardea duramente el norte y lanza esos mensajes diciéndonos que nos vayamos. Al final un vecino me consiguió una silla con ruedas en la que pude llevar a dos de las niñas”, relata otra mujer palestina ya desde el sur. [5]

«Poco antes de su muerte, el doctor Allouh decía en una entrevista con el canal estadounidense Democracy Now que “si me voy al sur, ¿quién tratará a mis pacientes? No somos animales. Tenemos derecho a recibir atención medica apropiada. ¿Cree que porque estudié medicina con estudios de posgrado [en países occidentales] durante catorce años en total voy a pensar solo en mi vida y no en la de mis pacientes? No estudié medicina para eso”.[6]

Historias trágicas, dolorosas, que rememoran la Catástrofe o Nakba; el genocidio, la expulsión de los palestinos de sus tierras, de sus empleos, de sus vivienda y bienes en 1948, perpetrados por los sionistas para ocupar y colonizar su territorio. Expulsiones, limpieza étnica, asedio, que han sido la constante tanto en Gaza como en Cisjordania ocupada, para erradicar a los árabes y poblar esos territorios con colonos judíos.

Hoy se repite la operación colonial apoyada y legalizada históricamente, armada hasta los dientes y financiada por Estados Unidos y demás imperialismos de la Unión Europea, y avalada desde 1948 por la ONU. Agravada por el reconocimiento dado por Stalin y la burocracia soviética, que se tradujo en que la izquierda palestina quedara a la deriva y la Checoslovaquia gobernada por los estalinistas, proporcionara armas a las milicias sionistas para llevar a cabo la limpieza étnica.

Al igual que en 1948, estos imperialismos son cómplices del genocidio en Gaza perpetrado por Israel. Con su apoyo total y suministro de armamento, dan carta blanca al arrasamiento de los palestinos, con el bombardeo constante que ha borrado barrios y familias enteras en Gaza, además de la ocupación, asesinato y el cerco a los habitantes de Cisjordania.

Esta catástrofe, sucede ante la pasividad de la mayoría de las direcciones políticas y sindicales a nivel mundial, que, salvo excepciones, hasta ahora, hacen caso omiso al llamamiento hecho por el movimiento sindical palestino a los dirigentes de los sindicatos del mundo:

Esta situación urgente y genocida solo puede evitarse mediante un aumento masivo de la solidaridad mundial con el pueblo de Palestina, que pueda frenar la maquinaria de guerra israelí. Necesitamos que ustedes tomen medidas inmediatas -dondequiera que se encuentren en el mundo_ para impedir el armamento del Estado israelí y de las empresas implicadas en la infraestructura del bloqueo. Nos inspiramos en movilizaciones anteriores de sindicatos en Italia, Sudáfrica y Estados Unidos, y en movilizaciones internacionales similares contra la invasión italiana de Etiopia en los años 30, la dictatura fascista en Chile en los 70 y en otros lugares donde la solidaridad mundial limitó el alcance de la brutalidad colonial”.[7]

Realidad que es urgente modificar para pasar a las acciones de solidaridad, con decisión y valentía.

Se evidencia la profunda ausencia de una organización revolucionaria internacional de los trabajadores y los oprimidos del mundo, que coordine diferentes acciones y movilizaciones contundentes de lucha a nivel global, para detener las atrocidades del sionismo y obligar a los gobiernos, fundamentalmente de las potencias mundiales, a romper su complicidad con la masacre. Esta cruda realidad plantea a los jóvenes y a los trabajadores en el mundo, conscientes de la legitimidad de la causa palestina, el reto enorme de disponerse a luchar para construir dicha organización mundial.


[1] Homenaje de un estudiante a Refaat Alareer, el querido cuentacuentos de Gaza.18 diciembre 2023.

[2] Destacado profesor y escritor de Gaza muere en un ataque aéreo, semanas después de haber dicho a CNN que él y su familia no tenían «otro lugar adónde ir».  Sana Noor HaqAbeer Salman, 11 diciembre, 2023.

[3] “Gaza está completamente destruida, tengan piedad de nosotros”: la dura realidad de la vida cotidiana en la Franja. BBC. 29 de noviembre 2023.

[4] Diario desde Gaza: ‘Si la muerte no llega por los ataques aéreos, llegará por el hambre’ Hind Khoudary. 12 diciembre 2023

[5] “Nakba, 2023”: el desplazamiento forzado de población palestina en Gaza. Olga Rodríguez. El Diario.es. 12 noviembre 2023 “Nakba, 2023”:

[6]Ídem

[7] Llamado urgente de los sindicatos palestinos: pongan fin a toda complicidad y dejen de armar a Israel. https://progressive.international/wire/2023-10-16-an-urgent-call-from-palestinian-trade-unions-end-all-complicity-stop-arming-israel/es

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