Benjamín Netanyahu y Donald Trump. // Foto: EFE

Norma Reyes, Febrero de 2025

El pasado lunes 5 de febrero Donald Trump informó el plan que tiene para Gaza, con el que pretende tomar el control de la franja e impedir que los palestinos desplazados tras los bombardeos iniciados por Israel en octubre de 2023, vuelvan a sus hogares. Estas fueron sus palabras:

«Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza y haremos un gran trabajo allí», «Será nuestra responsabilidad desmantelar todas las bombas sin explotar, nivelar el terreno, deshacernos de los edificios destruidos y allanar el área para impulsar un desarrollo económico que genere una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para las personas de la zona«, añadió. (Énfasis nuestro).

Por supuesto que cuando Trump habla de las personas de la zona que serían beneficiarias de su maravilloso proyecto, no se está refiriendo a los gazatíes que han habitado la región durante siglos. Le está hablando a los miles de empresarios de la construcción y del sector inmobiliario (él también hace parte de este gremio) que se enriquecerán aún más con la reconstrucción de Gaza, planeada para los colonos israelíes y aquellos que puedan pagar por ocupar un lugar en la “Riviera de Medio Oriente”, como ha optado por llamarle a su plan para Palestina.

Con su declaración, realizada en compañía del genocida Netanyahu, dejó claro el objetivo de la limpieza étnica histórica llevada a cabo por el nazi sionismo israelí, y que dio un salto a raíz de los ataques de Hamas en octubre de 2023: limpiar de una vez por todas el territorio para apoderarse de las tierras y recursos de los palestinos. (ver artículo: ALTO EL FUEGO EN GAZA: ¿FIN DE LA LIMPIEZA ÉTNICA DEL SIONISMO?).

Para justificar su macabro plan, edulcoró su propuesta -que no es otra cosa que la continuación de la limpieza étnica- con frases que lo hicieron parecer preocupado por la población:

“…los palestinos que quieren volver a Gaza es porque no tienen otra alternativa” … “ahora La franja es un lugar de demolición; todos los edificios están caídos, viven en concreto desmoronado que es muy peligroso, en una situación precaria”.

Esto para prometerles un esplendoroso futuro donde: “pueden ocupar una zona preciosa con casas y seguridad…incluso pueden vivir con paz y armonía en otro sitio en vez de tener que volver al mismo sitio y hacerlo de nuevo” (Énfasis nuestro).

¡Palabras vacías y trampa para incautos! Afortunadamente el pueblo palestino, heredero de la más alta moral de lucha contra el ocupante sionista durante casi un siglo, no se deja engañar y rechazó los planes de este representante de los magnates yanquis.

Saben que EEUU es el principal financiador de Israel y proveedor de armamento. Esto, junto con el apoyo político irrestricto que le brinda, lo convierte en uno de los mayores responsables de la limpieza étnica que no es sólo en Gaza sino también en Cisjordania, en donde ha avanzado con la ayuda de tanques de guerra luego que se declarara la reciente tregua en la franja.  

Este plan, que tiene la venia del sionismo, ha sido rechazado por los gobiernos de Arabia Saudita, Jordania y Egipto, a donde Trump propone enviar a los palestinos para finiquitar la limpieza étnica iniciada por el sionismo desde antes de la creación de Israel, retrasada por la heroica resistencia del pueblo palestino.

Todo trabajador solidario de la causa está llamado a rechazar la política de Trump, que planea apropiarse de un territorio que pertenece a los árabes.

Corresponde a las direcciones de las organizaciones defensoras de los derechos democráticos y a las direcciones de los trabajadores, organizar a sus bases para movilizarlas en torno al repudio a Trump y en apoyo a los palestinos, y así impedir que el sionismo continúe su avance.

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